El presidente de EEUU, Donald Trump, ha insistido este domingo en que su veto temporal a la entrada de personas de siete países de mayoría musulmana no es una “prohibición contra los musulmanes”, pues hay “más de 40 países” similares en el mundo que no están afectados por la medida.
“Para ser claro, esto no es una prohibición contra los musulmanes, como los medios han informado de manera falsa”, afirmó el presidente en un comunicado emitido por la Casa Blanca mientras miles de personas protestaban en Washington o Nueva York contra la medida.
El gobernante expresó esa idea el sábado en un escueto comentario ante los periodistas, durante la firma de nuevas directivas en el Despacho Oval, pero la polémica no ha dejado de aumentar desde entonces en EEUU y el resto del mundo.
Trump firmó el viernes un polémico decreto ley que suspende la entrada de todos los refugiados durante 120 días y la concesión durante 90 días de visados a siete países de mayoría musulmana con historial terrorista -Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán- hasta que se establezcan nuevos mecanismos de vigilancia.
“Esto no es sobre la religión. Esto es sobre el terrorismo y para mantener seguro nuestro país”, subrayó el magnate neoyorquino.
“Mi política es similar a lo que el presidente (Barak) Obama Obama hizo en 2011 cuando prohibió los visados para refugiados de Irak durante seis meses”, arguyó.
“Los siete países nombrados en la orden ejecutiva son los mismos países previamente identificados por la Administración de Obama como fuentes de terrorismo”, indicó Trump.
El mandatario remarcó que EEUU volverá a “emitir visados a todos los países una vez estemos seguros de que hemos revisado e implementado las políticas más seguras durante los próximos 90 días”.
“Tengo un sentimiento tremendo - prosiguió - por la gente implicada en la horrorosa crisis humanitaria en Siria. Mi primera prioridad será siempre proteger y servir a nuestro país, pero como presidente encontraré formas de ayudar a aquellos que están sufriendo”.
El veto provisional provocó este sábado el caos y la indignación en medio mundo, mientras numerosos viajeros veían bloqueado su acceso a territorio estadounidense y se producían protestas en varios aeropuertos de EEUU. A lo largo del domingo las protestas se extendieron a numerosas ciudades estadounidenses, entre ellas, Washington y Nueva York.
Una jueza federal bloqueó a última hora del sábado parte del polémico veto, en respuesta a una demanda de la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU) contra la orden ejecutiva de Trump, que puso en dudad su constitucionalidad.La jueza Ann M. Donnelly, del Tribunal del Distrito Federal de Brooklyn (Nueva York), dictó que los refugiados u otras personas afectadas por la medida y que han llegado a aeropuertos estadounidenses no pueden ser deportados a sus países. Tras el dictamen de la magistrada, jueces federales en Virginia, Seattle y Boston tomaron decisiones similares.