Trump regresa sin una pizca de remordimiento: “Puede que vuelva a derrotar a los demócratas una tercera vez”
Hoy algunos republicanos respiran tranquilos y otros se lamentan, pero todos por la misma razón: Donald Trump no creará su propio partido porque, como le dijo a sus seguidores, “ya tenemos el Partido Republicano”. No hay necesidad. Fuera de ese anuncio, la única revelación tras mes y medio de silencio fue hasta qué punto Donald Trump no ha cambiado absolutamente nada a pesar de la derrota.
Todo sonó igual: la misma canción para empezar el mitin y la misma para terminarlo. El mismo chistecito de abrazar y besar a la bandera. 90 minutos del mismo discurso que hemos oído mil veces, con sus mentiras, sus exageraciones y sus ataques. Los mismos argumentos sobre una elección “amañada” y unos tribunales que “no tuvieron el valor de hacer de hacer lo correcto”. Un calco de la retórica que provocó el asalto al Capitolio.
Trump vive en una realidad paralela en la que, a pesar de que los votantes le mandaron a casa después de un solo mandato, su presidencia fue un enorme “éxito”. Denuncia que el primer mes de Biden en la Casa Blanca ha sido “el más desastroso” en la historia moderna y le acusa sin una pizca de ironía de extremismo, corrupción e incompetencia. Todo mientras fantasea constantemente con la idea de regresar.
¿Volverá Trump a la Casa Blanca?
La primera frase de su discurso ha sido “¿me echáis ya de menos?”. Luego le ha anunciado a sus fans que “un presidente republicano regresará triunfalmente a la Casa Blanca y me pregunto quién será”, para después repetir la pregunta varias veces hasta que el público ha respondido enfervorecido “¡tú, tú!”. No ha dejado nada claro, pero sí ha dicho que “puede que decida derrotar a los demócratas por tercera vez”.
A nadie puede sorprender que esas palabras hayan sido muy celebradas porque jugaba en casa. Hace años que la conferencia anual de la Unión Conservadora Americana o CPAC es un culto a la personalidad de Trump y nada de eso ha cambiado tras su marcha de la Casa Blanca. Sin embargo, más allá de los que le gritan “ganaste tú” después de cada acusación falsa de fraude electoral, se ve cierto desgaste.
En una encuesta entre los asistentes a la convención sobre las elecciones presidenciales de 2024, un 55% dice que votaría a Trump. Gana de lejos, pero no es exactamente la unanimidad que suscitaba antes. Incluso dentro de este grupo tan ultra y tan trumpista, ya hay muchos que están abiertos a nuevas opciones. Lo que es seguro es que seguirá teniendo un enorme poder dentro del partido.
¿Quién dominará el Partido Republicano?
Trump no olvida. En su regreso ha mencionado uno a uno y por su nombre a todos los senadores y congresistas republicanos que votaron contra él en el impeachment tras el asalto al Capitolio. También ha venido a decir que el líder republicano en el Senado Mitch McConnell renovó su escaño sólo gracias a su ayuda. El rótulo de la cadena conservadora FOX News tras el evento era “Trump solidifica su liderazgo en el Partido Republicano”.
Lo único que Trump sigue sin poder explicar es precisamente su papel en el asalto al Capitolio. Incluso en una entrevista en campo aliado en FOX News, echa balones fuera. Se ve perfectamente que está más cómodo en otras peleas como llamar “hombres biológicos” a las mujeres trans o denunciando la “cultura de la cancelación” de la izquierda, pero todavía no tiene una respuesta para la cuestión más importante: cuál es su responsabilidad sobre el intento de golpe de estado del 6 de enero.
Trump ha vuelto exactamente igual que se marchó. Las mismas palabras, los mismos gestos... pero ya no suscita el mismo interés que antes. El cierre de sus cuentas en las principales redes sociales le ha quitado capacidad de influencia. Ninguna de las grandes cadenas de televisión ha retransmitido el mitin en directo y su regreso tampoco es el primer tema de portada en ninguno de los grandes periódicos del día siguiente. Veremos lo que dura.
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