La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Trump y Kim firman una declaración conjunta tras su encuentro para “dejar atrás el pasado”

EFE

Un apretón de manos para la historia. Donald Trump y Kim Jong-un han mantenido en Singapur un encuentro para acercar posturas entre Estados Unidos y Corea del Norte y así avanzar en el proceso de desnuclearización del país asiático.

Los dirigentes terminaron firmando documento a modo de declaración conjunta con la que pretenden “dejar atrás el pasado” y así “lograr un gran cambio” en los temas tratados. “Vamos a ocuparnos de un problema muy grande y muy peligroso para el mundo”, recalcó Trump al finalizar el encuentro.

La esperada cita comenzó con un apretón de manos y una foto para la posteridad entre ambos mandatarios a la entrada del hotel Capella en la isla de Sentosa, y a continuación Trump y Kim participaron en una serie de reuniones. “Me siento realmente bien. Vamos a tener una gran conversación y creo que será un éxito tremendo”, dijo Trump, sentado a la izquierda de Kim, al comienzo de su primera reunión de unos 48 minutos a solas entre ambos mandatarios.

El líder norcoreano destacó que su país y Estados Unidos han superado “muchos obstáculos” para conseguir celebrar el encuentro. “No ha sido fácil llegar hasta aquí. Las viejas malas prácticas y los prejuicios han tapado nuestros ojos y oídos y han obstaculizado nuestro camino, pero hemos logrado superar todo eso”, comentó Kim en coreano.

Después del primer contacto entre ambos que, según Trump, fue “muy, muy bien”, participaron en una segunda reunión ya acompañados de sus delegaciones. Kim comentó al inicio de las conversaciones que agradecía poder estar ahí para “hablar de temas importantes” y prometió que colaborará con Trump, quien aseguró: “Vamos a trabajar para resolver los problemas juntos”.

En esta reunión de aproximadamente hora y media participaron también el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que se ha reunido dos veces con Kim en Pyongyang; el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y el consejero de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton.

A la derecha de Kim Jong-un se sentó Kim Yong-chol, considerado uno de sus más estrechos colaboradores y una de las figuras de más peso del régimen en cuanto a relaciones exteriores y espionaje. En los flancos de la mesa se situaron Ri Yong-ho, actual canciller norcoreano, y Ri Su-yong, excanciller y otra figura considerada muy cercana al mariscal norcoreano.

“Creo que esto es el preludio para una maravillosa paz”, afirmó Kim durante la reunión, quien añadió que la cumbre ha tenido lugar “pese a un pasado superado con valentía y que nos impidió avanzar, además de las miradas y de las dudas del exterior”.