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“Guaidó no puede convocar elecciones porque sería un acto inútil”

Tulio Hernández es un periodista venezolano de 63 años que vive en Colombia desde hace unos 18 meses. Hernández decidió irse al país vecino cuando el Gobierno de Maduro emitió una orden de detención contra él por el contenido de un tuit. Ahora mismo, escribe en la versión digital de El Nacional. La otra, la del papel, quedó extinguida cuando importar la materia prima se convirtió en una tarea imposible. En Bogotá, combina su labor periodística con la investigación académica. Estos días sigue vía Whatsapp, para él una de las fuentes más fiables, lo que sucede en su país.

Aunque hace muchos años estuvo al lado de Chávez (llegó a ser candidato al Ministerio de Cultura), hoy apoya sin titubeos al autoproclamado presidente Juan Guaidó. “No solamente lo apoyo, sino que me parece que es lo único legítimo y constitucional”, dice desde el otro lado del teléfono.

Estuvo del lado de Chávez, más tarde Maduro le quiso ver en la cárcel. ¿Qué pasó hasta llegar a este punto?

Estuve con Chávez muy poco tiempo, dos o tres meses. Trabajé en la Comisión de Enlaces en el área de cultura y fui uno de los candidatos a ministro de Cultura. Pero rápidamente percibí que era un gobierno militar más y no un gobierno progresista y me retiré.

Yo ya había salido de Venezuela preventivamente por ser parte del comité de redacción del diario El Nacional. Diosdado Cabello demandó al diario y dictó prohibición de salida a todos los miembros de la junta directiva, así que los del comité de redacción nos fuimos preventivamente. Después, por un tuit que puse con cierta ironía, porque nos asediaban los grupos paramilitares a los colectivos, dije algo así como que teníamos derecho a defendernos y se valen macetas, irónicamente.

Al día siguiente, una señora murió porque alguien dejó caer una botella de agua congelada y el aparato de comunicación del chavismo dijo que era una orden mía para matarle y que tenían grabado el sonido en el que yo daba la orden y de inmediato empezó una especie de paliza moral. Me atacaron cada día en televisión hasta que Maduro dio la orden para encarcelarme.

Así que escapé a pie hasta Colombia, a un pueblo que se llama Puerto Santander. Desde hace año y medio estoy a caballo entre Madrid y Bogotá.

¿Apoya a Guaidó?

Absolutamente. No solamente lo apoyo, sino que me parece que es lo único legítimo y constitucional. No es que lo apoye como persona, sino que la Constitución deja muy claro que en caso de que no exista presidente electo, le toca asumir interinamente la presidencia al presidente de la Asamblea Nacional. Aquí no existe debate posible.

¿Por qué eligió Colombia? ¿Si vuelve le podrían meter en la cárcel?

Yo no puedo regresar a Venezuela. Además de a mí, también fue amenazado con la cárcel César Miguel Rondón. Vine a Bogotá por un contrato con una editorial para escribir un libro y mi llegada coincidió con el flujo de los 50.000 venezolanos atravesando el puente internacional Simón Bolívar.

Entre la izquierda de su país da la sensación de que existe la consigna de Chávez sí, Maduro no. ¿Cómo se explica?

Esta es la idea del chavismo disidente. Una vez que Maduro comenzó a gobernar, que se hizo muy evidente la corrupción y se hizo más burda la represión, un grupo de chavistas crearon un movimiento que se reivindican como chavistas contra Maduro. Muchos han tenido que huir por la persecución del madurismo.

En un sector del pueblo también ha sucedido ahora. Lo dramático de ayer para Maduro es que por primera vez las concentraciones más grandes y de más radicalismo, con lucha armada, se ha producido en los barrios pobres, que siguen queriendo a Chávez, pero no a Maduro.

Para mí, como analista, se ha producido una degradación del chavismo. Pero toda la catástrofe económica la generó Chávez a través de la monopolización de las divisas y a través del proceso de destrucción del aparato productivo. Maduro no tiene la capacidad que tuvo Chávez para ejercer el poder total. No lo ha podido hacer por dos cosas: por la caída de los precios del petróleo y porque perdió el Parlamento, con un 75% en manos de la oposición. Fue por eso que tuvo que hacer una operación similar a la de Fujimori cuando intervino el Parlamento en el Perú.

El papel de México es muy interesante. Es la única gran potencia latinoamericana que respalda a Maduro. ¿Perjudicará a AMLO?

Hay dos razones por las que López Obrador ha vuelto a la política tradicional de México. En la propia Constitución mexicana de los años 30 está contemplado que México no fija posición ante los acontecimientos en otros gobiernos. Esto es una política del PRI, recordemos que López Obrador viene del PRI. También hay que recordar que México es el único país que mantiene relaciones con Cuba durante los 60 y 70. Hay una tradición de neutralidad que rompió Peña Nieto cuando formó parte del Grupo de Lima y desconoció al Gobierno de Maduro.

La otra razón, la coyuntural, es que el Partido Morena forma parte del Foro de Sao Paulo. Morena, el partido de AMLO, a su vez forma parte de la izquierda tradicional marxista que es un incondicional del Gobierno cubano. En Latinoamerica, hay una moral en donde si la derecha viola los derechos humanos, hay que condenarlo; pero si lo hace la izquierda es porque se está defendiendo de los EEUU. Este es el juego macabro de Uruguay y México. Es como si una congregación de monjas apoyan al pedófilo del monasterio de al lado porque son de la misma congregación.

¿Qué cree que va a hacer el Ejército?

Esto es muy difícil de pronosticar por una razón: estamos ante un Gobierno militar. En la tradición venezolana, los militares son políticos armados. Los militares son jueces y actores de la vida política venezolana. En este momento, otra vez, lo vuelven a hacer.

Desde que llegó Maduro, ha habido tres intentos de golpe de estado. Todos han sido delatados porque el trabajo de inteligencia ha sido muy eficiente. La probabilidad de que se produzca un golpe de estado es muy baja, a menos que como ocurrió ayer se sigan produciendo fracturas de grupos militares o policiales que se unen a las manifestaciones. Se trataría de algo parecido a lo que ocurrió en Portugal durante la Revolución de los Claveles que dio fin a la dictadura de Salazar.

Es muy poco probable que en las próximas horas se produzca un alzamiento militar contundente, entre otras razones, porque sería una carnicería, una tragedia. Los que conocemos la psiquiatría de Maduro y de su entorno sabemos que son personajes fanáticos y que les encantaría morir a la manera de Allende contra un ejército opositor.

¿Realmente la movilización a favor del Gobierno ha sido mínima?

Sí, totalmente. Ayer pasaron dos cosas decisivas: una de las movilizaciones más grandes en la historia del país y las grandes movilizaciones también en los pueblos pequeños. Había pueblos enteros de 30.000 habitantes en la calle. También son importantes las movilizaciones en los barrios de Caracas donde tradicionalmente era el baluarte del chavismo. Con un agravante, el chavismo armó a la gente, les regaló armas, y ahora esas armas las usan contra la policía y el ejército.

Lo dramático de ayer para Maduro es que no acudiese nadie a la vigilia convocada por Diosdado. En los momentos más difíciles para el chavismo, siempre a la convocatoria del balcón presidencial habían acudido al menos 3.000 o 4.000 personas. Pero esta vez no había nadie.

¿Quién es Juan Guaidó y en qué se basa para defender su posición legalmente?

Guaidó pertenece a la generación más reciente de políticos venezolanos que desde los 10 años solo han conocido el modelo del chavismo, no han conocido la democracia anterior. Hay un acontecimiento que marca su vida, el deslave del 1999 cuando Chávez no quiso suspender las elecciones cuando hubo más de 12.000 muertos en el Estado de Vargas. Ahí se inició en las labores sociales como voluntario de rescate.

Luego, Guaidó entró a las filas políticas en la Universidad Católica, a raíz del cierre de Radio Caracas Televisión. Después, empezó a militar en Voluntad Popular, el partido fundado por Leopoldo López y ese partido fue fundado básicamente por dirigentes del movimiento estudiantil de 2006.

Son muchachos a los que les ha tocado asumir responsabilidades públicas desde muy jóvenes. Se trata de una generación activista que ha tenido muy poco tiempo para la formación intelectual y teórica.

A Guaidó le tocó vivir lo que se llama la suerte que te designa. Si Leopoldo López no estuviera preso, obviamente, él hoy no sería presidente. En segundo lugar hubiera estado Fredy Guevara y en tercer lugar hubiera sido Carlos Becchio.

Por descarte le ha tocado a Guaidó y es muy interesante que le haya tocado a una figura poco conocida porque habla con cierta inocencia, no tiene el entrenamiento de los políticos de más de 40... todo esto le ha convertido en una especie de ídolo político de masas. Como además ha hecho las cosas de manera prudente y con la movilización gigantesca de ayer, ha logrado la hazaña que no sabemos cómo va a terminar de que Venezuela tenga dos presidentes, de que el mundo democrático más sólido menos México y Bolivia en América Latina le reconozcan.

Es una figura que ha hecho historia en apenas tres semanas.

¿Cuánto tiempo podría estar un país con dos 'presidentes'?

Yo creo que muy poco tiempo. Hay cuatro escenarios: la conversión de Maduro en una dictadura tipo Pinochet, que todavía no lo es. Tendríamos un Pinochet marxista, una figura muy novedosa. Ahora se está decidiendo este escenario en Miraflores.

El segundo escenario es un quiebre de las Fuerzas Armadas, no necesariamente un golpe de estado, que obligaría a reconocer a Guaidó o a buscar mecanismo para convocar elecciones de inmediato.

La tercera salida, la que menos nos gusta a los demócratas, es la intervención extranjera. Lo peor que nos podría pasar para solucionar esto sería una intervención al estilo de Irak o Afganistán porque ya sabemos cómo acaban las intervenciones americanas del siglo XXI.

Y finalmente, el cuarto escenario sería que se permitiese esta convivencia hasta desgastar totalmente a Guaidó y a la resistencia democrática.

¿Puede Guaidó convocar elecciones mañana?

Si Juan Guaidó convocase mañana elecciones sería un acto inútil porque el Consejo Nacional Electoral está integrado por cinco rectores militantes en el partido del Gobierno. No se puede convocar elecciones con esta institución, ¿entonces con cuál?

Se necesita una negociación. Que los militares convoquen una junta de Gobierno que sustituya a Guaidó, que es un poco a lo que va a jugar México. Se necesitaría un gobierno de transición.