Más sanciones para Rusia. Es la decisión que han tomado los ministros de Exteriores de la UE este lunes en Bruselas, después del fallido viaje del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, a Moscú. A partir de ahora, el propio Borrell propondrá una lista de nombres, que puede ser ampliada por el resto de miembros de la UE. Y, finalmente, a finales de marzo los jefes de Estado y de Gobierno tomarán la decisión definitiva sobre los dirigentes rusos sobre los que recaerán las sanciones. El marco empleado por la Unión Europea en este caso será el del nuevo régimen de sanciones para castigar en cualquier parte del mundo a los perpetradores de violaciones contra los derechos humanos, y afectará a un puñado de dirigentes por confirmar.
La norma, basada en la ley Magnitsky de Estados Unidos, da más flexibilidad a la UE para imponer sus sanciones contra individuos o entidades concretas, sin tener que emitir medidas punitivas al país del que procedan.
“Las relaciones se están deteriorando y también la situación interna”, ha dicho la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a la salida de la reunión: “Es un momento de turbulencias con un vecino inevitable. La UE tiene que reaccionar a violaciones de derechos humanos como hemos visto en Rusia, por eso hemos dado el apoyo a la imposición de sanciones, cuyos individuos hay que determinar. Hay un principio de acuerdo de sanciones cubiertas bajo el nuevo régimen para casos de violaciones graves de derechos humanos”.
La visita de Borrell a Moscú fue controvertida y vino seguida de las respuestas del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, sobre la situación en Catalunya y la expulsión de tres diplomáticos europeos, respondida con la expulsión de otros tres diplomáticos rusos de los países europeos concernidos –Alemania, Polonia y Suecia–.
“Hoy no me han criticado por mi desplazamiento”, ha dicho Borrell a la salida de la reunión de los ministros de Exteriores en Moscú: “Todos me han apoyado y han dejado claro que el desplazamiento sirvió para recibir información de primera mano. Yo no fui porque me gustara viajar a Rusia, tenía un mandato apoyado por la inmensa mayoría de los 27. Y hoy todos me han hecho llegar sus palabras de apoyo. En cuanto a las protestas en el Parlamento Europeo... Estamos hablando de 70 eurodiputados, menos del 10%. Veamos las cosas en su justa perspectiva”.
“Debemos sancionar a las personas que tienen que ver con las violaciones del Estado de Derecho”, ha dicho Borrell en relación con Navalni.
Las sanciones que se están a punto de aplicar por Navalni son las cuartas desde 2014. Entonces, las sanciones llegaron por la ocupación de Crimea; en 2019, las sanciones a oficiales rusos y sirios tuvieron que ver con ataques con armas químicas; y el año pasado, la UE estrenó sus sanciones por ciberataques.
En todo caso, el Gobierno ruso ha reaccionado con la ironía sobre Borrell. “Las lecciones que ofrece Josep Borrell a Rusia sobre Navalni sonarían espcialmente apropiadas si las impartiera desde las calles de Barcelona”, ha tuiteado el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, en alusión a las protestas de estos días contra el encarcelamiento de Pablo Hasel.
El propio Borrell ha dicho que quizás sin su tenso viaje a Moscú “no habría habido unanimidad en la UE hacia las sanciones”.
Sanciones a Venezuela
Los ministros de Exteriores de la UE también han incorporado este lunes a 19 dirigentes venezolanos a la lista de personas sujetas a medidas restrictivas “por su papel en actos y decisiones que atentan contra la democracia y el Estado de derecho en el país, o como consecuencia de graves violaciones de derechos humanos”.
Según el Consejo de la UE, “las personas incorporadas a la lista son responsables, en particular, de socavar los derechos electorales de la oposición y el funcionamiento democrático de la Asamblea Nacional, y de graves violaciones de los derechos humanos y restricciones de las libertades fundamentales”.
La decisión de este lunes eleva a 55 el número total de personas sujetas a sanciones, que incluyen prohibiciones de viaje y congelación de activos. “Estas medidas están diseñadas para no tener efectos humanitarios adversos o consecuencias no deseadas para la población venezolana, y pueden revertirse”, afirma el Consejo.
La UE introdujo sanciones contra Venezuela en noviembre de 2017, que incluyen un embargo de armas y la imposición de prohibiciones de viaje y congelación de activos a las personas incluidas en la lista.