Tim Walz ha hablado este miércoles desde el United Center no como un político al uso, sino como un entrenador que arengaba a su equipo antes de salir al campo. “Cuando luchamos”, ha gritado el candidato a vicepresidente, “ganamos”, ha respondido el público. Por unos segundos el United Center ha resonado realmente como el estadio deportivo que es y no como el espacio que esta semana hospeda la Convención Demócrata.
Walz ha aceptado la nominación a la vicepresidencia sacando más pecho de su pasado como profesor, exsargento y entrenador de fútbol americano, que no como gobernador de Minnesota. “Nunca subestimes a un profesor de escuela pública”, ha defendido el flamante candidato a la vicepresidencia demócrata.
La cara de Walz, incapaz de creerse que todo un estadio se deshiciera ante él, ha sido el claro reflejo de su autenticidad. “Gracias por devolver la alegría a este partido”, ha dicho dirigiéndose a los simpatizantes y delegados que lo arropaban. Este carácter de hombre sencillo y que dice las cosas por su nombre es el motivo por el cual Kamala Harris lo eligió como pareja electoral.
“Dejad que diga esto equipo, tenemos la pelota y estamos en el ataque”, ha asegurado Walz. “Kamala Harris tiene experiencia y Kamala Harris está lista. Nuestro trabajo -nuestro trabajo para todos los que nos miran- es entrar a melé, bloquear y atacar, ganando cada vez un centímetro más”. La metáfora del vicepresidente no podría ser más precisa del cambio de estrategia que se ha producido dentro del partido en las últimas semanas. Ahora son los demócratas los que atacan y crean juego, obligando a un Donald Trump desorientado a irles a remolque.
La última jugada del republicano, después de cuestionar que Harris fuera negra o decir que la multitud de sus mítines está generada por IA, ha sido compartir fotos falsas creadas con IA donde la cantante Taylor Swift pedía el voto por él. En las pasadas elecciones Swift apoyó la candidatura de Biden.
“Crecí en Butte, Nebraska, en un pueblo de 400 personas. Tuve 24 niños en mi clase de instituto, y ninguno fue a Yale. Pero crecer en una escuela como la mía te enseña a cuidar los unos de los otros”. Walz ha hecho un repaso por su trayectoria vital y nada más empezar ya ha lanzado su primer dardo a su homólogo y rival republicano J.D Vance. El segundo de Trump, que pretende mostrarse como la voz de la clase obrera por sus orígenes humildes, estudió en Yale y se ha codeado con los peces gordos de Silicon Valley. Por contra, Walz estudió en la universidad estatal de Minnesota y se ha pasado gran parte de su vida trabajando como profesor de Geografía en Minnesota. A pesar de compartir trayectorias similares -haber nacido en el Midwest y haber servido en ejército- Walz es la antítesis de Vance. El próximo 1 de octubre, ambos candidatos a la vicepresidencia debatirán en la cadena CBS. Un duelo que genera casi tanta expectación como el de Harris contra Trump.
Uno de los temas estrella de Walz es el control de la venta de armas en Estados Unidos. “Creo en la segunda enmienda, pero también creo que nuestra principal responsabilidad es garantizar la seguridad de nuestros hijos”, ha afirmado Walz desde la autoridad que le imbuye su faceta de cazador y su pasado como sargento. “De eso se trata: de la responsabilidad que tenemos hacia nuestros hijos, hacia los demás y hacia el futuro que estamos construyendo juntos, en el que todos son libres de construir el tipo de vida que quieran. Pero no todo el mundo tiene el mismo sentido de la responsabilidad. Algunas personas simplemente no entienden lo que se necesita para ser un buen vecino”, ha afirmado.
“Era mucho mejor tirador que la mayoría de republicanos en el Congreso, y tengo trofeos que lo demuestran”, ha dicho el candidato a la vicepresidencia, citando la fama que tiene como buen tirador entre los miembros del Capitolio. Los republicanos no lo tienen tan fácil a la hora de cuestionar a un político que durante años contó con la simpatía de la Asociación Nacional del Rifle.
Si la palabra con la que se asocia Harris en esta campaña es “esperanza”, la de Walz es “optimismo”. El carácter alegre de Walz y los años caminando por los pasillos de instituto han insuflado una energía que, una vez terminado el discurso, se ha mantenido. Con el estadio ya medio vacío una vez finalizado el tercer día de convención, los delegados de Minnesota han celebrado el discurso de su gobernador como se celebraría una victoria de un partido de fútbol americano.
Clinton y el contraste con los republicanos
Con voluntad de crear un contraste sobre cómo ha evolucionado el partido o bien por un pequeño descuido organizativo, el expresidente Bill Clinton ha hablado la misma noche que Walz. Mientras que el expresidente firmó en el 96 una ley de defensa del matrimonio, la cual prohibía el reconocimiento federal del matrimonio homosexual, Walz participaba en la creación de una alianza entre homosexuales y heterosexuales para luchar por los derechos del colectivo.
Clinton se ha sumado al frente de los Obama y Biden para aupar la candidatura de Harris. A estas alturas de la convención, Harris ya ha tenido dos expresidentes y un presidente en el cargo que han salido a defender su candidatura. Trump no puede decir lo mismo. Durante su coronación en Milwaukee, unas de las grandes ausencias fueron las figuras como el expresidente Bush, algo que antes de la era Trump sí que era recurrente ver en las convenciones republicanas.
Si la ausencia de expresidentes en el Fiserv Forum era una señal de cómo el Partido Republicano se había convertido en el partido de Trump, la presencia de Clinton, Obama y Biden refuerza esa imagen de pluralidad de voces y de una estructura que va más allá de Harris.
“La próxima vez que lo escuchéis, no contéis las mentiras. Contad los 'yo'”, ha dicho Clinton sobre Trump, sumándose al nuevo retrato colectivo que están haciendo los demócratas sobre el republicano: mostrarlo como un magnate egoísta y que solo piensa en él.
El expresidente también ha tirado de humor, uno más seco e irónico para ir a por Trump. “Hace dos días, cumplí 78 años. Y la única vanidad personal que quiero afirmar es que sigo siendo más joven que Donald Trump”.
Tampoco ha faltado la mención a Biden. Clinton ha comparado al actual presidente con George Washington por hacer algo “realmente difícil para un político: renunciar voluntariamente al poder político”. Clinton, que no se sumó a las voces críticas contra Biden, ha intentado obviar las presiones del partido para que dejara paso a Harris.
Dos tótems: Nancy Pelosi y Oprah Winfrey
La antigua speaker de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, fue una de las figuras claves en esas presiones. Cuando los demócratas cayeron presas del pánico después del desastroso debate de Biden en la CNN, Pelosi tomó las riendas de la situación. Este miércoles ha subido al escenario bajo los ensordecedores aplausos del estadio que por poco no se pone a corear “Gracias Nancy”.
Como hizo Harris, los Obama y la gran mayoría de figuras que han desfilado estos tres días por el United Center, Pelosi también ha agradecido a Biden el servicio prestado. “Con Joe Biden y Kamala Harris, establecimos una de las presidencias más exitosas de los tiempos modernos”, ha asegurado. Pero lo ha rematado en unas pocas líneas, dándole un espacio mucho menor de lo que hicieron sus predecesores. Posiblemente, la relación entre ambos después de la campaña para sacarlo del ticket no sea la mejor. Aun así, no han faltado los coros de “Gracias Joe”.
Pelosi ha recordado el punto de inflexión que supuso el asalto al Capitolio del 6 de enero. La demócrata estaba dentro del edificio cuando se produjo. “No nos olvidemos de quién salvó la democracia ese día. Nosotros lo hicimos”, ha dicho.
La gran sorpresa de la noche ha sido la presentadora Oprah Winfrey, quien ha pedido el voto por Harris. “No podemos esperar a irnos de aquí y hacer algo, y lo que vamos a hacer es elegir a Kamala Harris como la próxima presidenta de Estados Unidos”, ha proclamado. El respaldo a Harris esta noche ha sido otro guiño a la energía de la campaña de Barack Obama en 2007. En ese momento, Oprah también pidió el voto para el que acabaría siendo el primer presidente negro de Estados Unidos.