Zapatero: “Los Kirchner forman parte de mi sentimiento político”
Líderes iberoamericanos congregados en el Grupo de Puebla participaron el martes por la noche de un foro de derechos humanos en el centro de Buenos Aires, en el que denunciaron la “persecución judicial” contra la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, condenada en diciembre pasado a 6 años de prisión en una causa por presunta corrupción. Entre los participantes, sobresalió el categórico mensaje de José Luis Rodríguez Zapatero: “Los Kirchner forman parte de mi sentimiento político”.
Zapatero habló cerca de las nueve de la noche en un auditorio del Centro Cultural Néstor Kirchner, minutos antes de que lo hiciera Cristina Fernández, en medio de una gran expectativa política por la inestabilidad económica y la carrera electoral que se avecina.
En su apoyo a Cristina Fernández, el expresidente del Gobierno español afirmó, en relación a los Kirchner y al peronismo de centroizquierda: “Aquí lo digo, lo pronostico: se impondrá el Estado de Derecho. Esa es mi tesis en el caso de Cristina y en todos los que el Poder Judicial tiene que encarar”.
Zapatero contó que estuvo en Buenos Aires a mediados de agosto de 2022, 14 días antes de la noche en que un hombre identificado con la ultraderecha gatilló un arma a centímetros del rostro de Cristina Fernández, cuando ésta se aproximaba a su apartamento, pero el disparo no salió por un error en la manipulación.
“Me impactó extraordinariamente que te quisieran matar. Me afectó por Argentina, por ti, que la violencia política volviera otra vez a este querido país”, dijo Zapatero dirigiéndose a Cristina, ubicada a su izquierda en el estrado. El exgobernante dijo haber quedado impactado por “el odio, el insulto, la injusticia de la descalificación y el rencor” proferidos contra la vicepresidenta. “Estuve unos días muy afectado. Por el afecto, porque trabajamos puntos, porque los Kirchner forman parte de mi sentimiento político”, dijo el expresidente.
En el cierre, Zapatero, quien se declaró “fascinado” e incluso “hipnotizado” por Argentina, abordó asuntos que entusiasmaron al público presente: “Esta nación argentina no sólo gana títulos mundiales sino que tiene el título del mejor escritor en lengua castellana, que es Jorge Luis Borges, y tiene el título de haber sido el país del mundo que en los últimos 40 años mejor y más ha luchado en favor de los derechos humanos. Y habéis sido vosotros y Cristina”.
La interna peronista, siempre presente
El auditorio de la sala denominada La Ballena del Centro Cultural Kirchner, un imponente edificio de arquitectura francesa ubicado a 200 metros de Casa Rosada que funcionó como sede central de Correos entre 1928 y 2002, reaccionó varias veces ante el discurso de Zapatero con la consigna “Cristina, Presidenta”.
En su turno, la vicepresidenta argentina dijo que no le interesa “en definitiva” si le van “a condenar, inhabilitar, meter presa... Lo que importa, fundamentalmente, es que volvamos a reconstruir un estado democrático y constitucional, en el cual las garantías de la Constitución no sean cartón pintado”.
Cristina, presidenta entre 2007 y 2015, agregó que los procesos judiciales que enfrenta constituyen una represalia por la “redistribución del ingreso” impulsada durante sus mandatos y una amenaza latente y efectiva sobre cualquier dirigente del peronismo de centroizquierda, en alusión al presidente, Alberto Fernández, con quien está enemistada.
Las elecciones presidenciales están convocadas para el 22 de octubre, con una cita previa en las primarias obligatorias del 13 de agosto. En la misma tarde en que resultó condenada a 6 años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos por la adjudicación de obras viales en la provincia de Santa Cruz a un empresario con el que los Kirchner tenían un vínculo comercial, la vicepresidenta anunció que no participaría en la competición electoral por ningún puesto. La inhabilitación dispuesta por el tribunal se encuentra en suspenso hasta que la Cámara de Casación Penal y la Corte Suprema de Justicia ratifiquen la sentencia, lo que podría tardar dos años.
Argentina es el país del mundo que en los últimos 40 años mejor y más ha luchado en favor de los derechos humanos. Y habéis sido vosotros y Cristina
Cristina Fernández y La Cámpora, la agrupación que comanda el diputado Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta, sostienen que las instancias de apelación podrían acelerar el proceso si ella decidiera ser candidata. La hipótesis se basa en vinculaciones de jueces y fiscales federales con políticos de la oposición conservadora, los servicios de Inteligencia y empresas como el Grupo Clarín (medios y telecomunicaciones), archienemigo de los Kirchner.
Esos nexos salieron a la luz en registros oficiales de visitas, chats telefónicos, testimonios, filtraciones de redes sociales y pruebas surgidas en diversas causas judiciales. Por ejemplo, en el expediente Vialidad, que acabó con la primera condena contra Cristina en diciembre pasado, se conoció que uno de los jueces del tribunal, el principal fiscal de la acusación y otro juez de una Cámara de Apelación habían participado en un torneo del fútbol en la casa de fin de semana del expresidente y jefe opositor Mauricio Macri. Para la alianza conservadora Juntos por el Cambio y los jueces y fiscales involucrados, esas relaciones no son más que eventuales conexiones sociales, sin incidencia en los procesos.
Con mensajes en el mismo sentido que Zapatero, hablaron el expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019), el ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017), el colombiano Ernesto Samper (1994-1994) y el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, entre otros. También estaban presentes entre el público el uruguayo José Mujica (2010-2015) y su esposa y exsenadora, Lucía Topolansky.
La mesa del Grupo de Puebla se tituló “Voluntad Popular y Democracia. Del partido militar al partido judicial. Las nuevas amenazas”, y fue una de las actividades del III Foro Mundial de Derechos Humanos, que se desarrolla en diferentes sedes en la capital argentina hasta este miércoles, con la asistencia de cientos de luchadores, políticos y académicos.
La exfiscal general del Estado y exministra Dolores Delgado, el académico Juan Carlos Monedero (Podemos), Lilith Verstrynge (Podemos), Hana Jalloul (PSOE), Gerardo Pisarello (Barcelona en Comú) y Enrique Santiago (PCE) son otros de los españoles participantes en el foro.
Las jornadas fueron abiertas el lunes por la noche por el presidente Alberto Fernández. Tanto su presentación como la mesa de Cristina Fernández fueron ocasiones para comprobar la frialdad que genera el presidente argentino en el núcleo cristinista: Máximo Kirchner y su entorno acusan a Alberto Fernández de haber traicionado a la vicepresidenta, pese a que La Cámpora sigue manteniendo importantes asientos en el Gobierno.
Algunos ponentes internacionales, como Garzón y Rafael Correa, mencionaron a Alberto Fernández, ante la indiferencia colectiva, que contrastó con las ovaciones cuando aparecieron otros nombres, en especial, el de Cristina Fernández. Su sumó la paradoja de que el presidente argentino es uno de los principales gestores del Grupo de Puebla y tiene fluidos vínculos con políticos latinoamericanos. Pero, el martes a la noche, se ausentó de la mesa. El presidente argentino estaba a la misma hora inaugurando obras en la provincia de Chaco, 935 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Por la mañana, Alberto Fernández había participado de una reunión del Grupo de Puebla en Casa Rosada casi con los mismos integrantes de la conferencia nocturna en el Centro Cultural Kirchner. En ese caso, la ausente fue Cristina.
Muchos referentes internacionales de izquierda y centroizquierda, como Luiz Inácio Lula da Silva, y líderes de derechos humanos, como la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, suelen valorar a Alberto Fernández y lo aceptan como interlocutor, lo cual da lugar a situaciones complejas en el juego interno del peronismo.
Lula, quien es referenciado por los cristinistas como un caso análogo al de su jefa política por haber sufrido, a su entender, un proceso similar de lawfare, visitó Buenos Aires en enero, en su primer traslado internacional del nuevo mandato. En esa oportunidad, Lula se reunió con el presidente argentino, pero no con la vicepresidenta, lo que se interpretó como un síntoma de que la relación se ha enfriado.
Zapatero, no obstante, citó la reivindicación política y judicial de Lula como un precedente de lo que ocurrirá con Cristina Fernández.
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