Los amantes de los videojuegos tenemos por delante unos meses gloriosos gracias al lanzamiento de títulos tan esperados como Star Wars: Battlefront, Halo 5: Guardians, Rise of the Tomb Raider, Just Cause 3, StarCraft II: Legacy of the Void, Rainbow Six: Siege, XCOM 2, Deus Ex: Mankind Divided, Far Cry: Primal, Hitman… en definitiva, parece que por fin vamos a poder explotar nuestros ordenadores y sobre todo nuestras consolas de nueva generación como siempre hemos querido hacer; con grandes superproducciones que sepan exprimir su hardware mientras defienden su propuesta comercial ahora que no pocos jugadores parecen darse cuenta de que existe vida más allá de los juegos a 60 euros.
Y si entre todos estos títulos que hemos citado, más algún otro que nos hemos dejado, tuviéramos que destacar uno por divertido, por salvaje y por absolutamente chulesco, ese sería sin lugar a dudas Just Cause 3, la nueva propuesta de acción en mundo abierto de Avalanche Studios tras ese Mad Max que nos dejó un sabor un tanto amargo.
El caso es que desde Koch Media nos han invitado a echarle el guante con una demostración jugable de nada más y nada menos que tres horas, gracias a la cual hemos podido conocer cómo serán los primeros pasos de nuestro querido amigo Rico Rodríguez en su país natal, una isla ficticia en el Mediterráneo bautizada como Medici.
Creemos que a estas alturas no es necesario perder el tiempo con presentaciones. Ya todos sabemos lo que hay detrás de las silgas ‘Just Cause’. Estamos ante una propuesta en mundo abierto que destaca por ofrecer mucha libertad al jugador para cumplir sus objetivos potenciando siempre la acción más desenfrenada. Just Cause es igual a explosiones, tiroteos, persecuciones frenéticas, explosiones, golpes como panes, misilazos, explosiones, conducción de vehículos de todo tipo, explosiones… ¿Hemos dicho que en estos juegos siempre hay muchas explosiones?
Pues en Just Cause 3 toda esta fórmula ha sido potenciada hasta el infinito. Ya el comienzo es una ida de olla total, una oda magistral al desparrame. Es, en otras palabras, una maravilla para todo aquel que sepa vincular la destrucción (virtual) con la diversión. Y sí, un servidor sabe hacerlo y personalmente cree que Just Cause 3 puede ser, por encima de todo, un videojuego divertidísimo.
No vamos a entrar en los entresijos de su historia, entre otras cosas porque no hemos podido ver mucho. Baste decir que nuestro protagonista se encontrará con su país natal puesto patas arriba por un dictador, por lo que no le quedará otra que prestar todo su talento a la resistencia para echarle a patadas y restaurar la democracia. Esto puede sonar a topicazo, pero qué queréis que os diga, los dictadores no caen bien a nadie y mola poder patearle el culo a alguno de ellos de vez en cuando, aunque sea ficticio.
Sacamos el tema de la historia más que nada para que sepáis que aquí no todo es jauja. Just Cause 3 tiene un trasfondo, una trama que seguir repleta de personajes con los que colaborar o a los que eliminar, cada uno de ellos con sus pretensiones. Repetimos que no hemos podido ver mucho, pero lo poquito que hemos podido catar nos ha dejado con un buen sabor de boca teniendo siempre bien presente el toque cómico del juego, y nos gusta saber que tanto la resistencia como las fuerzas del gobierno evolucionarán según nuestras acciones, potenciando o mermando su presencia en ciertas áreas.
Si nos metemos ya de lleno en la parte jugable, y dejando a un lado las explosiones, los tiroteos y las grandes explosiones, podemos decir que cada jugador podrá encontrar su forma de cumplir con los objetivos, aunque bien es cierto que nadie puede esperar ir por ahí estilo Solid Snake tirando de sigilo, porque aquí lo que premia es la destrucción más absoluta. Ya lo dice uno de los personajes: ‘Reconstruiremos todo lo que destruyas’. Vamos, que los habitantes de Medici tienen asumido que no eres precisamente un cirujano en esto de acabar con dictadores… y que la profesión con mayor futuro del país es la de albañil.
Cosas que nos han gustado mucho: el uso del gancho y la posibilidad de movernos a gran velocidad por un mapeado que parece ser realmente extenso usando tanto este dispositivo como nuestro traje de vuelo, el paracaídas y toda clase de vehículos de tierra, mar y aire. Ir de una punta a otra del mapeado no sólo es agradable a la vista gracias a la belleza de estas islas del Mediterráneo (mención especial a los campos de girasoles y amapolas, una preciosidad), si no que además resulta sumamente estimulante. Podemos por ejemplo robar cualquier vehículo y conducir, pedir un helicóptero a nuestro enlace rebelde, saltar desde el punto más alto y planear o bien subirnos al techo de un autobús con el gancho y dejarnos llevar.
A la hora de combatir, toca decir que podremos sembrar el caos entre las tropas enemigas tan sólo con nuestro querido gancho. Podemos por ejemplo apuntar a un objetivo y presionar el botón para salir a toda velocidad contra él y lanzarlo a freír espárragos. Pero también podemos apuntarle con nuestro gancho, presionar sin soltar el botón y apuntar a cualquier otro punto del escenario que nos llame la atención, como por ejemplo una farola, un coche que pasa por ahí o un barril de combustible, dando como resultado que el pobre infeliz acabe literalmente colgado, se vaya contra su voluntad de excursión por la isla o salga volando en mil pedazos. De hecho hasta podemos hacer que dos enemigos se empotren uno contra el otro usando esta técnica. ¡Delicioso!
Ya decimos que con un buen manejo del gancho podemos hacer de todo. Vale, pues ahora hay que sumar a este polifacético dispositivo un arsenal digno de las mejores películas de acción de los ochenta. Pistolas y metralletas dobles, fusiles, escopetas, rifles de francotirador, granadas, bombas, lanzacohetes, lanzagranadas… En fin, todo lo que hace falta para convertir a nuestro protagonista en un arma de destrucción masiva con patas.
A nivel técnico ya hemos dicho que Just Cause 3 pinta realmente bien. Ciertamente no es el mayor portento gráfico que hemos visto hasta ahora, y nos hemos topado con algún que otro bug por otro lado propio de la versión preview que hemos disfrutado. Por suerte, la inmensa mayoría de estos bugs eran de los que hacen reír, es decir, provocaban situaciones absurdas como que cuatro tipos con sus motos de agua choquen una y otra vez en el embarcadero sin saber salir a mar abierto. En cualquier caso repetimos que se trata de una versión preview, que hay tiempo para que desde Avalanche terminen de pulir el juego, y que en cualquier juego de mundo abierto es casi imposible no encontrar un bug.
A ver, estábamos con el tema de cómo luce el juego. Pues bien, ¡muy bien! Los efectos son bastante impresionantes, los personajes lucen realistas, los entornos son coloridos, muy detallados, y en definitiva todo destila sabor Mediterráneo, con pueblecitos en pendiente a orillas del mar, campos repletos de flores y preciosas puestas de sol. Vamos, que si no os llega la pasta en verano para una escapadita a Menorca, podéis perderos un rato en los escenarios Just Cause 3. Puede que no sea un destino tan pacífico, pero al menos podréis desatar vuestra rabia por no tener unas vacaciones reales reventando un malvado régimen opresor.
Con todo esto Just Cause 3 se postula a juicio de un servidor como una de las superproducciones más divertidas, chulas y espectaculares de entre todas las que están por llegar a PC, PS4 y Xbox One en lo que queda de año. Crucemos los dedos para que todas estas cosas tan bonitas que he dicho sobre lo nuevo de Avalanche y muchas otras que aún desconozco den lugar a un juego redondo.