El público que se apilaba en la conferencia de Microsoft tuvo que esperar unos 45 minutos hasta que llegara un título de los que te hacen acomodarte en la silla y pensar “este es bueno”. Quantum Break es algo más que un videojuego y no lo sabemos solamente por el increíble aspecto que presentó en su gameplay para el Gamescom en la conferencia de Microsoft.
Las primeras imágenes en movimiento del juego se han hecho esperar mucho ya que fue anunciado en la primavera de 2013 y no ha sido hasta ahora que no hemos podido ver imágenes reales in-game sobre el que va a ser probablemente el juego del año que viene para la nueva consola de Microsoft. Ya en el pasado E3 todos los medios se arremolinaban en torno al personal de Remedy Entertainment para obtener algo de información o alguna imagen que nos enseñara algo más del juego. Nos pidieron paciencia porque la espera significaba que encontraríamos luz al final del camino. Y no sólo eso. Ahora que hemos podido comprobar con nuestros propios ojos lo que se ha estado cociendo en el cuartel general de los finlandeses Remedy podemos dar fe de que no han estado perdiendo el tiempo.
La historia de Quantum Break ya la sabemos y en muy resumidas cuentas todo gira en torno a una trama con tres personajes jugables (Jack Joyce, Beth Wilder y Paul Serene), en la que un maltrecho experimento que coquetea con los viajes en el tiempo les dota de diferentes poderes. Existen, por decirlo de alguna manera, dos facciones: La compañía Monarch (cuyo director es Serene, uno de los personajes principales) que es la artífice de todos los viajes en el tiempo y que investiga los efectos de estos en la realidad; y “los polis” que son los que intentan controlar el hecho de que los experimentos no se conviertan en un peligro para la humanidad. Ya se sabe que jugar con el tiempo es como jugar con el fuego, que al final acabas quemándote. Por lo menos eso nos han enseñado las películas.
En la demo todo comienza en una especie de ático del que Jack Joyce sale a través de la ventana en busca de mundo. Inmediatamente comienza el espectáculo visual. Un extraño efecto en el que se distorsiona y ralentiza la realidad nos desvela que, efectivamente, se trata de un juego en el que el control del tiempo va a cobrar mucha importancia.
El protagonista pasea en tercera persona por un inmenso mundo paralizado por él mismo, nuestros movimientos a priori parecen bastante guiados hacia un objetivo, sin grandes libertades para explorar pero con la posibilidad de abarcar cada situación y enfrentamiento de muchas formas diferentes.
Un poco más adelante comienza la acción y aquí el verdadero atractivo visual. Los enemigos intentan cortar nuestro paso y a punta de pistola y con nuestro poder controlador del tiempo tendremos que evitarlo. Todo el entorno parece interactuar con nuestro protagonista: la hierba, las cajas que se caen a su paso, bidones de combustible que podemos hacer explotar…
Jack Joyce hace buena cuenta de sus superpoderes y lanza bolas de energía que dejan literalmente congelados a sus enemigos, balas y todo lo que se ponga en nuestro camino. Cuando la cosa se pone fea, podemos ralentizar el tiempo al más puro estilo “Matrix” y liarnos a dar mamporros aprovechando nuestra ventaja.
No pensemos que nuestros superpoderes no tienen límites. Tenemos un medidor de energía el cual si abusamos mucho se gastará y perderemos eficacia en nuestros ataques y que se recarga mientras no hagamos uso de ellos.
La demo continúa en lo alto de un puente con lo que parece un accidente múltiple en mitad de una manifestación de detractores de Monarchy. Todo es espectacular en esta escena: el efecto “congelado” del accidente, las motas de polvo en suspensión, el fuego, los coches hechos añicos… Hay un momento el cual nos puede desvelar parte de la historia. Digno de mención es el momento en el que el protagonista se acerca a los manifestantes y especialmente a la pareja herida en la que hay un hombre magullado tendido en el suelo con la mujer con el rostro desencajado pidiendo clemencia. Parece que en los tiempos que corren las autoridades no se andan con medias tintas y no se cortan a la hora de disparar. Jack recorre toda esta dramática escena como un mero espectador hasta que algo no va bien…
Aparece en escena un enemigo de la corporación portando una especie de “exoesqueleto” que le hace inmune a la parálisis espacio-temporal y además les protege en cierta medida de las bolas energéticas del protagonista.
El tiempo sigue sin moverse, y delante de los ojos de un mundo ignorante de lo que está pasando se lleva a cabo un duelo frenético entre un batallón de Superhombres con armaduras y Jack Joyce. A pesar de todo, podemos seguir interactuando con el congelado mundo y podremos protegernos tras los coches (o lo que queda de ellos) y cuando nos cansemos de que nos acribillen podremos lanzárselo directamente a las narices, como ocurre finalmente en el momento culmen y con el que nos despedimos del vídeo.
Por lo que parece Remedy no tienen prisa en lanzar lo que prevemos que va a ser un gran videojuego y como, de momento nosotros no podemos controlar el tiempo, nos tocará esperar hasta el próximo año…