Todos los habituales de las redes sociales, foros y demás medios de comunicación online habrán podido encontrarse en alguna ocasión con ciertas situaciones en las que sin comerlo ni beberlo una persona anónima, refugiada tras un “nick”, ha podido plasmar comentarios ofensivos, afirmaciones incendiarias, o injurias y calumnias, sin otro motivo que sembrar la discordia. Es lo que popularmente se llama “trolleo”, una malsana afición que desde ahora en Reino Unido, puede estar penado con la cárcel.
Estas medidas de endurecimiento legal, en las que llevar a cabo este tipo de acciones puede poner a todos estos “trolls” de patitas en la cárcel entre 6 meses y 2 años dependiendo de la gravedad del asunto, suponen un hito histórico y un buen respiro para muchos y muchas “celebrities” ingleses.
Últimamente empresas y personalidades de diversos sectores, han sufrido de este tipo de ataques llegando incluso a perjudicar una imagen de marca, hacer caer una porción de su negocio, o en casos extremos, afectar su intimidad e integridad, con fotografías comprometedoras, insultos y faltas de respeto gratuitos. Aunque para el gobierno británico, el colmo ha sido el caso de Chloe Madeley, la presentadora que fue acosada por unas fotografías en las que aparecía fumando sustancias ilegales.
“Estos cobardes que se ocultan tras el anonimato de Internet están envenenando nuestro día a día. Nadie debe permitir esto en persona, por lo que tampoco debe tolerarse en las redes sociales. Por eso hemos decidido endurecer las sentencias” Declaraba Chris Grayling, secretario de justicia británico en el medio The Sunday.
Recordemos que este tipo de conductas también afecta seriamente a la industria del videojuego, y que en no pocas ocasiones, desarrolladores y personajes de renombre han denunciado públicamente casos de acoso y revelación de información privada y confidencial, como el reciente caso del controvertido Phil Fish, creador de FEZ.
Una vez que el Parlamento Británico apruebe la nueva normativa tras ser debatida, los acosadores ocultos bajo ese cómodo anonimato que proporciona internet, se lo tendrán que pensar dos veces antes de sacar a pasear sus afiladas lenguas si no quieren recibir un buen susto, con el juzgado como remitente.