A medida que los videojuegos ganan complejidad narrativa y argumental, cada vez surgen más recelos por el uso de estereotipos para sus personajes principales. Es algo que suele ocurrir desde hace años en el ámbito de la gran pantalla, de donde en muchas ocasiones se recogen perfiles especialmente previsibles, ya sean villanos capaces de desvelar todos los entresijos sus malvados planes antes de la siempre fallida ejecución fallida del protagonista, o guaperas capaces de soltar continuos comentarios ingeniosos.
Con Life is Strange, las críticas se centraban en el perfil de su protagonista, a la que muchos achacaban el papel de “típica chica adolescente de instituto”.
Michel Koch, co-director del juego, respondía así a un usuario en los foros de Reddit.com: “El juego no es uno de esos dramas adolescentes, es verdad que la protagonista es una chica de instituto, pero se debe exclusivamente a un tema argumental”, a lo que añadía: “Sinceramente, creemos que el género de un protagonista es irrelevante a la hora de crear una buena historia, todo depende de la forma en que creas a cada personaje en relación con la temática sobre la que están escribiendo”.
Para despejar otras posibles dudas y críticas que sugerían que la protagonista fuera fruto de la presión de la editora por crear un personaje que se adapte a los gustos generales por fines comerciales, Koch aseguraba que “Square Enix es la única editora que no quería cambiar nada sobre el juego, a diferencia de otros, que incluso nos pedían que incluyéramos un protagonista masculino”.