Los estudios de desarrollo patrios nos tienen acostumbrados a lanzar alguna que otra propuesta con la que llegamos a pensar aquello de ‘algo así sólo podría salir del cerebro de un español’. No, no lo decimos en plan enorgulleciéndonos de la materia gris nacional (bueno, quizás un poco sí) y por suerte no nos referimos a proyectos que vayan unidos a un palo como la gran mayoría de nuestros inventos. Más bien hablamos de aquellos juegos que, ya sea por su temática, por sus personajes o por su ambientación, consiguen sacarnos una pequeña sonrisa.
Un claro ejemplo es Hipsters vs. Zombies, título desarrollado por el estudio valenciano Arpic Games, un grupo de jóvenes profesionales empeñado a crear “ideas envolventes y complejas que satisfagan las inquietudes del público más exigente”. Es decir, de todos aquellos jugadores que busquen una experiencia profunda frente a los típicos juegos casual ideados para pasar el rato en el metro.
Este juego quiere situarnos en mitad de un apocalipsis zombi. Vale que nada de esto suena original, pero ¿y si os decimos que los protagonistas son un grupo de amigos más por moda que por afinidad que han escapado al apocalipsis por encontrarse a resguardo dentro de un cine independiente prácticamente vacío? ¿Y si para rematar la faena os decimos que fueron a ese cine a ver una peli austriaca en versión original sin subtítulos? La cosa cambia mucho, ¿verdad?
Con una jugabilidad clásica de corte shoot’em up en 2D, Hipsters vs. Zombies quiere ganarse el apoyo de la comunidad de jugadores de cara a financiar el proyecto en Kickstarter con una campaña que dará comienzo el próximo mes de abril. Y sí, su principal reclamo consiste en aplicar la cultura hipster en lo que todos conocemos como ‘machacar zombis’, tratando de sobrevivir con estilo haciendo uso de armas tan dispares como bates de cricket decorados con gatitos, discos de vinilo con los que abrir la cabeza a los zombis o máquinas de escribir que podrían ser consideradas piezas de museo.