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¿Dónde está el límite de los desnudos en los videojuegos?

Por lo general se suele pensar en un videojuego como en un producto destinado a todos los públicos, especialmente a los más pequeños y los adolescentes, algo que a día de hoy tiene poco o nada que ver con la realidad si tenemos en cuenta estudios recientes que señalan que la edad media de los jugadores se sitúa en torno a los 31 años.

Pero no cabe duda de que por dicha mirada errónea se tiende a juzgar con mayor gravedad cualquier juego que una película, en parte también dado su carácter interactivo. Así pues no es raro encontrarnos todos los meses con alguna que otra noticia en un medio sensacionalista acusando a este ocio electrónico de fomentar la violencia, el consumo de drogas o el sexo.

El problema viene cuando dichas temáticas adultas son usadas de forma gratuita. Por ejemplo recientemente uno de los responsables de The Witcher 3 confirmaba que este título volvería a contar con escenas de sexo explícito dado que es algo propio de la vida adulta y The Witcher es una saga para un público adulto. Ni más ni menos. Sin embargo por otro lado nos encontramos con una buena ristra de juegos como Girl Fight o Dead or Alive, títulos que no dudan en convertir a sus personajes femeninos en meros objetos para agradar la vista del jugador masculino, poniendo en pantalla esculturales luchadoras ligeras de ropa y lanzando DLCs como trajes de baño, lencería íntima, etc., algo cuanto menos absurdo (¿quién demonios lucharía en bragas?).

El caso es que a toda esta hornada de títulos ‘polémicos’ hay que sumarle ahora Onechanbara Z2: Chaos, título desarrollado por Tamsoft que va camino de Playstation 4 y cuyo último tráiler nos ha dejado una perlita a partir del 3:15: sus chicas repartiendo mamporros completamente en pelota picada, salvo por unas piezas de fruta que cubren sus partes más íntimas.

¿Es este uno de esos casos donde se sobrepasa el límite?