No son pocos los que, erróneamente, juzgan el éxito de una consola según únicamente sus cifras de venta, es decir, según el número de unidades distribuidas en todo el mundo. Si nos regimos por dicha norma la consola de mayor éxito de la pasada generación sería Wii al haber superado ampliamente en ventas a PS3 y Xbox 360, pero si nos fijamos en la vida útil de dicha consola y en la cantidad de unidades que fueron a parar al mercado de segunda mano hasta el punto de saturarlo, podemos decir que la de Nintendo no convenció tanto a sus compradores originales como sus rivales.
Pero a lo que vamos. El caso es que Microsoft no quiere que hablemos sobre cuántas Xbox One han distribuido, tomando otro indicador para medir el éxito de su plataforma. De este modo, en vez de conocer cada trimestre el número de unidades distribuidas, nos harán llegar el de número usuarios suscritos a Xbox Live, tanto en su versión de pago como gratuita.
Desde Microsoft parecen creer que este dato sirve para indicar mejor el impacto de sus consolas. Ahora bien, visto desde fuera parece que lo que quieren es evitar una comparación directa con una PS4 que está intratable en términos comerciales.