Estamos en un momento delicado, un cambio generacional que deja a algunos títulos atrapados entre dos generaciones de consolas con potenciales gráficos muy diferentes.
Para un estudio que quiera maximizar las ventas de su nuevo juego, debe enfrentarse a una difícil decisión: apostar por las nuevas consolas y centrar todos los esfuerzos en conseguir el mejor resultado visual posible a costa de dejar en la cuneta a los usuarios de PS3 y Xbox360, o por el contrario dedicar tiempo, dinero, personal y recursos para elaborar distintas versiones con las que contentar a todo el mundo.
En algunos casos, las evidentes limitaciones técnicas de la anterior generación, las descartan para algunos grandes proyectos, en otros casos se elaboran versiones “light” adaptables a todas las plataformas, incluso hay veces, como ocurrirá con las próximas entregas de Assassin’s Creed, en las que se tira por la calle de en medio y se lanzan dos juegos diferentes.
En el caso de Destiny, el inminente lanzamiento de Bungie, se ha optado por trabajar para que todas las consolas puedan tener su versión del juego, y ante la posible falta de interés que pueda provocar la versión para unas consolas que empiezan a dar claros síntomas de agotamiento, Phil Spencer, jefe de la división de Xbox, ha lanzado un mensaje a los aficionados en su cuenta de Twitter: “no descartaría las versiones para PS3 y Xbox360 de Destiny… Bungie ha trabajado duro para que estas versiones sean fantásticas”.