El juego que estaba previsto para su lanzamiento para el año próximo, ha metido el “turbo” y se presenta como otra de las novedades que seguramente tendremos para las navidades.
La cosa prometía y es que desde que comienza el Gameplay de Ori and the blind forest no puedes quitarle el ojo. Te das cuenta de que se trata de todo un trabajo de artesanos en el que el proceso de creación ha sido cuidado hasta el último detalle. Todo parece sacado de una película de dibujos, hecho a mano. Las luces, los efectos del agua, la música, los personajes…
Parece ser que los largos cuatro años de desarrollo del “supuestamente” indie van a merecer la pena y se verá recompensado en el esfuerzo, aunque habrá que ver si consigue hacerse un hueco en el género de las plataformas donde ya tiene contendientes en el mercado con un alto valor artístico a sus espaldas.
El juego que verá la luz a finales de año para Xbox One y PC se ha convertido en uno de los principales candidatos para engordar con altas dosis de calidad la todavía escueta lista de exclusivos para la consola de Microsoft.