Revuelo e indignación con un simulador sexual de Mahoma

El pasado 7 de enero un tiroteo llevado a cabo por dos hombres enmascarados en las calles de París sacudió al mundo. Hablamos por supuesto del atentado en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, un acto de barbarie perpetrado contra uno de los derechos sobre los que supuestamente trata de asentarse la sociedad occidental: la libertad de expresión. Ejecutado por los hermanos Kouachi, Al Qaeda en Yemen admitió ser el cerebro de la operación al elegir el objetivo y a los autores materiales, financiarlos y planear el ataque final, en venganza por las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario francés.

Como era de esperar, dicho atentado provocó toda una serie de reacciones a todos los niveles. El mensaje ‘Je Suis Charlie’ se extendió por el mundo con millones de ciudadanos, desde gente de a pie hasta los más altos mandatarios, expresando abiertamente su repulsa ante semejante barbarie.

Teniendo en cuenta que cada vez más desarrolladores independientes encuentran en los videojuegos una buena forma de hacer llegar su mensaje o reivindicación al mundo, los atentados de Charlie Hebdo y la preocupación por el extremismo islamista han acabado encontrando su eco en este sector. Prueba de ello es Refugen, título que usa imágenes reales de este ataque entre vítores para ilustrar el clima del Estado Islámico en Siria.

Sin embargo, el título del que nos hacemos eco ahora mismo, no tiene comparación alguna con nada que hayamos visto hasta ahora. Se trata de Muhammad Sex Simulator 2015, un videojuego gratuito desarrollado por gizmodo01942 que está generando una gran polémica en internet por su pretensión de, parodiando el auge de los simuladores, poner al jugador en la mismísima piel de Mahoma para realizar diversos actos sexuales con animales y otros hombres.

Su autor defiende su creación asegurando que “no pretende ser un grave ataque a la fe de nadie ni está pensado como una crítica seria de las figuras históricas de la vida real. Es grosero, ofensivo, y sólo busca provocar fuertes sentimientos que van desde la repugnancia al asombro. No pretende incitar el odio hacia ninguna religión, está pensado como una declaración de la libertad de expresión más absoluta, rechazando la idea de que cualquier figura religiosa, histórica o política debe gozar de un estatus de protección superior al de cualquier otra persona”.

Cabe mencionar que el juego se inicia con el mensaje ‘Je suis Charlie’ seguido por un apunte: “Esta obra de ficción ha sido diseñada, desarrollada y producida por un único agnóstico, y traducido al árabe por un musulmán”.

Las reacciones no han tardado en producirse y van desde las de aquellos que piden su retirada inmediata y el escarnio público de su creador hasta otros tantos que lo apoyan a capa y espada, y como era de esperar, también hay numerosos streamers que no han dudado ni un segundo en mostrar, e incluso comentar en algunos casos, sus propios vídeos gameplay del juego.

A pesar de lo escandaloso y ofensivo de este proyecto independiente, no es la primera vez que alguien se atreve a introducir la figura de Mahoma en un videojuego, dado que allá por 2008 el estudio indie LaMolleindustria lanzó el título gratuito para navegadores Faith Fighter, que nos permitía encarnar a figuras como Jesucristo, Buda, Ganesha y el propio Mahoma para disfrutar de ‘batallas divinas’ al estilo Street Fighter.