Oficialmente, Star Citizen es el proyecto de financiación colectiva más exitoso de la historia, tras comenzar sus andanzas gracias a Kickstarter en 2012. El ambicioso simulador obra del creador de Wing Commander, a pesar de contar con unas expectativas inciales de medio millón de dólares, apenas tardó un día en amasar más de dos millones, una cifra que abría nuevos horizontes al proyecto para intentar convertirse en uno de los pesos pesados de la industria.
Antes de finalizar 2013, Star Citizen ya había roto la barrera de los 35 millones de dólares, y un año después, a finales de 2014, ya superaba los 60 millones. Su desarrollo, lejos de su espíritu indie inicial, no ha tardado en tener tintes de superproducción en todos los sentidos.
El éxito de la campaña de recaudación llegó a tales niveles, que hace no mucho el propio Chris Roberts aspiraba a alcanzar la escalofriante cifra de 100 millones, unas expectativas que muchos consideraban desproporcionadas, pero que con cada mes que pasa, resultan menos descabelladas.
Recientemente se daba a conocer que Star Citizen ha superado ya los 72 millones, recaudando los últimos 2 millones en apenas unos días, lo cual lo convierte, si es que no lo era ya, en un auténtico monstruo de esta industria.
De forma paralela al incremento en la recaudación, Star Citizen va ganando en riqueza, profundidad y contenido, y sus responsables cada poco tiempo anuncian novedades y características que incluirá su obra. Se empezó hablando de captación de movimientos profesional y mejoras gráficas, pero a medida que se incrementan los millones, se ha pasado a valorar la inclusión de temas mucho más específicos como texturas 4K, sistemas de daños avanzados e incluso lenguas alienígenas creadas para la ocasión.
Todavía es pronto para valorar el alcance del proyecto y lo bueno o malo que puede resultar el juego, pero es innegable que se avecina algo muy grande.