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Forbes pone el caso de The Order: 1886 como ejemplo de un cambio de tendencia en la crítica de videojuegos

The Order 1886

Daniel Moreno

Puede que no tengamos el carisma de los grandes críticos del cine ni el reconocimiento de los críticos de literatura o música. Puede que la sociedad nos respete (aún) menos y que nuestro trabajo se considere un ocio pagado, un entreteniendo para críos al que le hemos sabido sacar tajada. Pero oye, aquí estamos, sentados una media de ocho o diez horas al día frente al monitor y el teclado, o bien con un mando entre las manos, discutiendo acaloradamente sobre si un juego es bueno o no.

Y dado que el sector del videojuego crece año tras año desplazando a otras formas de ocio, no es de extrañar que en medios tan serios y respetados como la revista Forbes hablen de nosotros, de cómo influimos en el mercado con nuestros análisis, poniendo como ejemplo de un claro cambio de tendencia lo sucedido con The Order: 1886, la gran apuesta de Sony para principios de año que se ha llevado todo un varapalo de crítica al no superar el 65 en Metacritic.

El autor del artículo en cuestión, Dave Thier, destaca que durante el año 2014 tanto la crítica como la propia comunidad de jugadores ha acabado quemada después de grandes decepciones (expectativas inalcanzables, juegos repletos de bugs, infinidad de retrasos, lanzamientos catastróficos, etc.) lo que ha llevado a que todos en general juzguemos con mayor dureza a cada nueva superproducción que aterriza en las tiendas, por muy bien que luzca en lo visual o por muy sólidas que sean sus mecánicas de corte clásico.

Uno de los problemas clave según Thier es que a estas alturas ni PS4 ni Xbox One cuentan con un juego en su catálogo que nos haga sentir que merece la pena invertir en ellas. El consumidor espera algo más que una evolución visual como la vista en The Order: 1886, dado que las mecánicas descubiertas y explotadas en la pasada generación, aquellas como las coberturas en los juegos de acción en tercera persona que nos asombraron con Gears of War, ya no sorprenden a nadie.

En definitivas cuentas, que tanto usuarios como crítica esperamos más de los videojuegos de la next gen, que no todo son gráficos o buenas historias bien narradas. Lo que realmente importa es sentir que tenemos algo fresco, divertido y asombroso entre manos. Algo que vaya más allá de lo visto en buena parte de los juegos de 2014 y comienzos de este 2015.

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