Hoy se conmemora en Polonia el comienzo de la II Guerra Mundial. Para ello, se ha escogido la antigua base de Westerplatte, próxima a Gdansk, contra la que se produjeron los primeros disparos del buque de guerra alemán 'Schleswig Holstein' y que se considera como el inicio oficial de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939.
A los actos asistirán numerosos dirigentes mundiales, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro ruso, Vladimir Putin, así como varios veteranos de guerra, quienes rendirán homenaje a los soldados enterrados en el cementerio a la entrada de la península donde se encuentra Westerplatte y luego asistirán a una exposición dedicada al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, junto al monumento que recuerda los sucesos de 1939, se desarrollarán los actos principales y los discursos.
El presidente polaco, Lech Kaczynski, ha resaltado la importancia de la fecha de hoy para su país: “este año hay tres importantes aniversarios en Europa: los aniversarios del 1 de septiembre de 1939, del 4 de junio de 1989 y el aniversario de la caída del Muro de Berlín [...] dos de esos acontecimientos ocurrieron en Polonia”, destacó Zdrojewski para quien “después de todo, la Segunda Guerra Mundial terminó con las elecciones de 1989 en Polonia y la caída del muro que dividía Berlín”.
“Los vestigios del pasado no pueden ensombrecer el presente”
Con el objetivo de calmar las tensas relaciones que han imperado en los últimos años entre Rusia y Polonia, Putin publicó ayer un artículo en el diario polaco 'Gazeta Wyborcza' en el que bajo el título 'Páginas de la historia, ¿motivo para reclamaciones recíprocas o base para conciliación y cooperación?' defiende que “los vestigios del pasado no pueden ensombrecer el presente y menos aún el futuro de la cooperación entre Rusia y Polonia”.
En opinión de Putin, “es sumamente irresponsable (...) tergiversar la historia, buscando en ella motivos para las reclamaciones y ofensas mutuas”.
El primero en reaccionar a la mano tendida por Putin fue el ex primer ministro polaco Leszek Miller, quien consideró que el artículo representa “un importante acontecimiento no sólo en las relaciones ruso-polacas, sino también en la política en general”.
Según Miller, Putin, como ya hicieran antes Boris Yeltsin y Mijail Gorbachov, tendió “la mano de la amistad a los polacos” y “si nuestros dirigentes rechazan esta mano, Polonia recibirá una vez más el estigma de un famoso rusófobo, que confirmará la tesis de que Varsovia es incapaz de discutir sobre política mundial como un socio normal”.
Polémica asistencia estadounidense
La representación de Estados Unidos ha resultado ciertamente polémica. Inicialmente se habló de que el presidente estadounidense, Barack Obama, enviaría a su vicepresidente, Joe Biden, o a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, pero descartados estos por sus agendas, se anunció que el encargado de encabezar la delegación norteamericana sería el ex secretario de Estado de Defensa William Perry.
Este hecho generó malestar en Polonia debido al nivel de la delegación, por lo que finalmente Washington optó por enviar al consejero de Seguridad Nacional, James Jones. El cambio ha sido acogido con alivio por Varsovia puesto que, según indicó un portavoz del Ministerio de Exteriores polaco, es uno de los principales miembros de la Administración norteamericana.