Acompañar a los menores por el mundo digital: “O somos nosotros los influencers de nuestros hijos o lo van a ser otros”

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Una de cada cinco familias que se acercan a Proyecto Hombre La Rioja en relación con sus menores lo hacen para pedir orientación sobre uso y abuso de las nuevas tecnologías por parte de sus hijas e hijos. En unos días en los que los grupos de WhatsApp reflexionando sobre la edad idónea sobre la que tener un primer teléfono móvil, Óscar Pérez, Director del Centro Residencial del Proyecto Hombre La Rioja, hace hincapié en la importancia de potenciar la autoestima de los menores, establecer límites de uso acordados y, sobre todo, acompañar sin juzgar en el camino de estos por el mundo virtual y mostrar interés por los contenidos que consumen.

Y es que, como apunta Pérez, según las memorias de Proyecto Hombre La Rioja del pasado año, más o menos el 10% de menores que reciben atención lo hace por un uso problemático de las nuevas tecnologías. “O somos nosotros los influencers de nuestros hijos o lo van a ser otros”, anima este profesional, que reflexiona sobre cómo “más que nativos digitales”, muchos adolescentes y preadolescentes son “huérfanos digitales”, al carecer de una guía sólida en su consumo.

Dentro del gran abanico que supone la adolescencia, Pérez destaca que los adolescentes mas vulnerables de desarrollar conductas abusivas hacia las nuevas tecnologías son aquellos que presentan “baja autoestima”, “sufren bullying” o padecen “ansiedad” o “un trastorno alimentario”, “que se pueden agravar”. En un mundo hiperconectado, en el que el móvil consume gran parte de nuestro tiempo, Pérez destaca como señales de conducta de riesgo cuando el menor o la menor “deja de salir o de hacer deporte y evaden el contacto físico por estar con el móvil”, “baja su rendimiento en los estudios”, “duerme peor” o “se siente irritado” cuando se le pide que apague la pantalla o no está delante de esta.

Dónde pone el foco Proyecto Hombre: redes sociales, apuestas, videojuegos y pornografía

Desde Proyecto Hombre La Rioja apuntan que el foco lo ponen en cuatro aspectos a los que se tiene acceso a las nuevas tecnologías: redes sociales, videojuegos, pornografía y apuestas online. “Desde la pandemia, pero había empezado antes, todo el tema apuestas online ha aumentado muchísimo, también los videojuegos una barbaridad”. “El trastorno de adicción a los videojuegos ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declara desde 2018 como enfermedad, no podemos hablar de adicción a las redes sociales, pero sí a los videojuegos y a la ludopatía”, matiza. Y es que, estas adicciones, hunden sus raíces, precisamente, en la adolescencia “pero son problemas que se ven más tarde, con 20 y pico años”. “No hay adolescentes adictos a nada, hay adolescentes que abusan de algo y luego eso se puede convertir en una adicción, que recordemos que es una enfermedad de trastorno de salud mental que es grave, puede ser crónica e incluso mortal”.

Así, asevera: “Vemos que el 10-15% de los usuarios del centro residencial tienen problemas relacionados con la ludopatía y el videojuego”.

Atendiendo al género, Pérez apunta que las chicas tienden un poco más a generar problemas de abuso en redes sociales, mientras que los chicos a apuestas y videojuegos. “Pero en ambos casos se ha demostrado que las personas que abusan de internet tienen dos propensiones: a tener ansiedad y depresión y, también, un menor rendimiento académico”.

La importancia de fomentar la autoestima

“Los contenidos de redes sociales les dicen muchas veces les dicen cómo vivir”, explica este experto. “Si nosotros como padres no hacemos el esfuerzo de subir su autoestima o su autoconcepto a través de otros conceptos -como un hobby, la música, deporte o su capacidad de relacionarse-, lo que van a aprender en redes es que lo normativo es tener un cuerpo casi irreal en el que todo esfuerzo para conseguirlo no es suficiente”.

Una problemática con los cuerpos que se da no solo en redes sociales, sino también en pornografía, como apunta. “La normatividad de las relaciones sexuales y de la afectividad si no son los padres y madres los que la enseñamos, vendrá marcada por los modelos que ven en internet, en la pornografía, donde ven sexo con violencia, falta de consentimiento, modelos de cuerpo irreales, relaciones con sesgos muy machistas -no solo por la violencia, sino porque todo gira entorno al hombre- etc”.

“O somos nosotros los influencers de nuestros hijos o lo van a ser otros, y muchos de ellos no nos van a gustar ni un pelo”, advierte. “Se habla mucho de nativos digitales, pero nosotros nos encontramos con muchos huérfanos digitales”.

Talleres para formar a familias en nuevas tecnologías

En esta ayuda a familias de adolescentes, desde Proyecto Hombre La Rioja imparten una serie de tres talleres orientados a padres y madres, organizados por el Ayuntamiento de Calahorra.

Una de estas participantes es Vanesa Dohmen, madre de un niño de 10 años y un adolescente de 13. “En su adolescencia y su proceso que viene me interesa estar al tanto, poder ayudar a que lo pasen lo más contentos posible”, apunta esta madre sobre las razones que le empujaron a participar en estos talleres, bajo el título “CONECTA-T”. En cuanto a las pantallas, “es un tema del que quiero estar al tanto, es lo nuevo y es importante que sepan usar la tecnología, porque es la era que se viene, pero hay que controlar hasta dónde permitir, estar...”.

Esta madre apunta también en educar en el respeto, al igual que como se enseña en casa, en el mundo virtual. “Enseñarles que, aunque no vemos su cara, quien está detrás de la pantalla es una persona”.

Vanesa cuenta que la conversación sobre nuevas tecnologías y a qué edad deben recibir su primer móvil es un tema que surge “todo el tiempo” entre padres y madres del colegio e instituto al que acuden sus hijos. De hecho, sus dos hijos tienen móvil, el menor desde este año. “Consensuamos que es nuestra responsabilidad enseñarles, como cualquier herramienta”. Establecer límites de tiempo y mostrar las ventajas del dispositivo han sido las condiciones . “Tienen control parental los dos”, añade.

Esta madre, presente en redes sociales, explica que ella misma también se establece controles de tiempo a la hora de utilizarlas. “Como lo hago con ellos lo tengo que hacer conmigo también, a mí misma también me pasa que parece que el móvil a veces es una prolongación de mi mano o me preocupo porque he salido de casa sin él”. Tratar de escuchar, debatir sobre el contenido que están viendo y generar conversaciones, ahí pone los objetivos.