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Admiten a un hombre como vigilante 20 años después de aprobar la oposición

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Tomás Carballar Uceda no sale de su asombro tras la decisión judicial que obliga ahora a una empresa donde opositó hace 20 años a contratarlo para cubrir un puesto de vigilante de seguridad al que optó por oposición hace más de dos décadas.

Tomás, que actualmente regenta una empresa distribuidora de puertas y automatismos en la localidad pacense de Zafra, está casado y tiene dos hijos, no ve reparado el daño que le hicieron en 1988 los tribunales del proceso selectivo en esta decisión judicial, ya que según lamentó esta comunicación judicial en la actualidad le “rompe la vida por completo”, pues implica tener que “dejarlo todo, la empresa y mi casa”, según lamentó hoy a Europa Press Televisión.

En este sentido, relató que las pruebas a las que se presentó entonces para ser vigilante jurado de aviación civil en Madrid, constaban de tres partes eliminatorias y aseguró que con “mucho esfuerzo” superó todas con la mejor puntuación del grupo de opositores. Pero debido “a la mala actuación” del tribunal calificador, la plaza en cuestión recayó en otra persona.

Tras impugnar en primer lugar al propio tribunal, el cual se ratificó en su decisión, comenzó todo un periplo judicial con la ayuda de su abogado, y tras pleitear por lo contencioso-administrativo, en 1999 consiguió que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid fallase a su favor.

Después de 20 años, la empresa responsable de su plaza tras la desaparición de Aviación Civil es 'Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica S.A.'(SENASA), según aclaró Tomás, quien apostilló que tras la resolución de los tribunales madrileños, el abogado del Estado recurrió y de nuevo tuvo que esperar hasta el 2006, cuando nuevamente los tribunales dictaron sentencia dándole la razón.

Pero no es hasta enero de 2009 cuando la empresa le notifica a través de un burofax que ha de presentarse en Madrid en un plazo de diez días para incorporarse al puesto de seguridad, que ganó por oposición hace cuatro lustros.

Desde que recibió esta notificación, Tomás asegura que ha caído en una “crisis de ansiedad” y que está “medicándose” porque aconsejado por su abogado ha firmado el contrato para, de este modo, ganar tiempo y seguir pleiteando por otras vías, ya que lo que él pide es que se reconozcan las irregularidades que hubo en el proceso de selección y que le indemnicen por “los daños” que le han ocasionado en todo este tiempo.

De momento, está de baja médica y asegura que “no se conformará con una limosna”, ya que no está dispuesto a “renunciar a ninguno de los derechos” que adquirió entonces al superar la oposición.

Tomás asegura que en su caso “no se ha hecho justicia” ya que el no ha estado “sentado en una silla” durante todo este tiempo, para que ahora un juez estime que es suficiente con que se incorpore a la plaza por la que concursó hace dos décadas.

Pese a todo, este hombre tiene esperanzas de poder llegar “a una buena solución” y espera que la “ley sea de justicia” en el futuro.