El balance de víctimas mortales en el atentado suicida de esta mañana contra un puesto de control policial en la ciudad paquistaní de Rawalpindi, ha aumentado a siete, mientras que otras 18 personas resultaron heridas, entre ellas 14 agentes y cuatro civiles, según informó la Policía.
El portavoz del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema, añadió en declaraciones a los medios de comunicación que entre los fallecidos hay tres policías y que el terrorista suicida tenía 19 y 23 años, informa la cadena de televisión local GEO.
El ataque se produjo a dos kilómetros y medio del cuartel general de las Fuerzas Armadas en Rawalpindi, donde se encuentran las oficinas del presidente Pervez Musharraf como general del Ejército. No obstante, el mandatario resultó ileso.
Tres agentes de Policía y pasajeros de un microbús, entre ellos mujeres y niños, que en ese momento estaba pasando por el control están entre las víctimas, apuntó el portavoz presidencial, Rashid Qureshi. Imágenes de televisión mostraban mochilas de colegio abandonadas en los asientos del vehículo.
“Cuando los agentes le ordenaron (al suicida) que se detuviera, al atacante le entró el pánico. Y mientras la Policía intentaba capturarle, se inmoló”, indicó el jefe de Policía de Rawalpindi, Saud Aziz. “Nuestros agentes murieron para proteger a los civiles de Pakistán”, añadió.
Horas después, el presidente paquistaní prometió, en una reunión con los altos mandos militares de las cuatro provincias, expulsar a todas las fuerzas que se oponen al desarrollo del país desafiando la ley para tomar el territorio, informa GEO.
TREGUA EN SWAT
Por otro lado, Cheema explicó que el alto el fuego al que llegaron ayer los grupos milicianos seguidores de un clérigo protalibán en el distrito de Swat, en el noroeste del país, y las autoridades ha sido acordado para dar la oportunidad a los insurgentes de que puedan recuperar los cadáveres de sus compañeros. Asimismo, confirmó que las fuerzas de seguridad continuarán destinadas en Swat a pesar de la tregua.
Las autoridades elevan a 100 las víctimas mortales, la mayoría insurgentes, en los enfrentamientos armados que se han sucedido en los últimos cuatro días en la provincia de Swat, en el noroeste del país, después del despliegue de miles de efectivos de las fuerzas de seguridad para enfrentarse a los milicianos seguidores de un clérigo protalibán.
Estos combates llevaron a los insurgentes a aceptar el alto el fuego propuesto por las autoridades tan sólo un día después de que los enfrentamientos entre ambos provocase la muerte a 35 insurgentes y a 16 miembros de tropas.
“El hecho de que estos milicianos hayan aceptado un alto el fuego siempre es una buena noticia y le damos la bienvenida”, señaló por teléfono el coordinador oficial del distrito, Arshad Majid.