El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid ha acogido con gran satisfacción el anuncio del titular de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, de que el Gobierno va a iniciar una campaña informativa para luchar contra la venta de fármacos con receta a través de internet. El pasado mes de junio este Colegio había advertido a las autoridades competentes, Consejería de Sanidad y Ministerio de Sanidad y Consumo, sobre una oferta ilegal de venta de medicamentos por internet que estaba bombardeando a los madrileños.
Aunque este tipo de oferta de ventas de medicamentos que precisan receta a través de correo electrónicos masivos sigue produciéndose, según ha podido comprobar el COFM, el hecho de que las autoridades sanitarias tomen cartas en el asunto se valora de manera muy positiva.
Igualmente, parece muy oportuno el procedimiento, ya que según ha señalado el ministro se va a implantar en colaboración con los farmacéuticos por medio de su Consejo General de Colegios. Soria ha señalado textualmente que: “Un fármaco que necesita receta es un fármaco que está sometido a un control y eso lo hacemos gracias a las oficinas de las farmacias. Si nos saltamos ese control y compramos por internet estamos haciendo una cosa que es ilegal y, además, estamos poniendo en peligro la salud de los pacientes”.
María Teresa Pagés, directora general de Farmacia, ha señalado recientemente que cualquier venta de medicamentos con o sin receta es ilícita hasta que no se desarrolle el artículo 2 de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, que abre la puerta a la venta de fármacos a distancia para tratar síntomas menores que no requieren receta médica.
El Colegio de Farmacéuticos de Madrid quiere hacer hincapié en la importancia de trasladar a la población los riesgos para la salud que comporta, tanto el consumir medicamentos de prescripción sin la intervención de un médico, como el hecho de que dichos medicamentos carezcan de la correspondiente garantía de custodia. Un medicamento adquirido a través de internet que llega desde no se sabe dónde, que ha sido enviado en no se sabe qué condiciones y sobre el que no disponemos de ninguna garantía de si se trata de una falsificación o ha sido manipulado, no resulta en absoluto aconsejable consumirlo.