El móvil del acusado del Crimen del Profesor estaba en las inmediaciones de la vivienda de la víctima en el momento de los hechos

Europa Press

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Un agente de la Policía Nacional ha desvelado este miércoles que el teléfono del presunto autor material del crimen del profesor jubilado “estaba conectado a la antena que abarca el domicilio de la víctima” el día de los hechos -18 de febrero de 2020- entre las entre 10,44 y 10,56 de la mañana, momento en el que se produce el crimen en su domicilio de Pepe Blanco. En ese cuarto de hora, además, el móvil del acusado recibe -en ese tiempo- un total de 17 llamadas de la otra procesada.

El agente de Policía Nacional encargado de la investigación del crimen ha explicado este miércoles ante el Juez que el acusado tras huir de Logroño “abandonó Madrid por carretera hasta llegar a Italia”, según se constata por los teléfonos. Como ha indicado “no se encontró ninguna huella en el domicilio de la víctima del acusado, seguramente Pedro José (la víctima) le abrió la puerta, lo conocía”.

Este miércoles ha continuado el juicio por el conocido como 'crimen del profesor' contra dos personas acusadas -hombre y mujer, de 30 y 35 años en el momento de los hechos- de diferentes delitos de obstrucción a la justicia, homicidio y encubrimiento. Según el escrito del Fiscal, presuntamente ambos, en connivencia, perpetraron un plan que culminó con la muerte del profesor en su domicilio para evitar el juicio por estafa que el docente iba a mantener con la procesada al dejarle 54.000 euros que no le devolvía. La acusada mantenía una relación sentimental simultánea con el acusado y con la víctima.

“La víctima era proclive a las estafas”

En la jornada de este miércoles, que ha durado más de siete horas, por la intervención de 11 testigos, ha destacado la declaración de un agente de la Policía Nacional quien esclarece que a la acusada “ya la conocíamos” porque “hacía hechos similares (estafas) con otras personas como le ocurrió a la víctima”. También la ha definido “como muy controladora”. El perfil de Pedro José -reflexiona- “era proclive a sufrir este tipo de estafas, era claramente susceptible de convertirse en la víctima de una estafa”. Además, indica, “muchas de estas estafas acaban con extorsiones o amenazas sobre la persona mayor pero las llevan a cabo los varones, no la mujer”.

También ha asegurado que en el domicilio donde ocurrieron los hechos “no había nada violentado en ventanas o puertas, seguramente él (la víctima) abrió la puerta”. De la investigación se desprende además que, a pesar de lo que indicaron los dos acusados el primer día del juicio, “había una relación personal entre el acusado -presunto autor material del crimen- y la víctima”. Todo ello se ve analizando el teléfono. “Se conocían, era evidente, había fotos e incluso el acusado utilizaba su terminal en el domicilio”.

Ya el día de los hechos, el agente de Policía ha indicado que el teléfono de la acusada “no estaba dentro del ámbito de investigación, estaba en Madrid”. De la investigación también se extrae que el 21 de febrero de 2020, pocos días después de los hechos, el ahora acusado no estaba en Logroño ni tan siquiera en Madrid, “estaba saliendo de España por carretera de camino a Italia” pero de todas las conversaciones analizadas posteriormente “se oye que el acusado no quería estar allí”.

Previamente a los hechos, el agente de Policía ha revelado que “entre el 15 y 20 de febrero las llamadas aumentan exponencialmente entre los dos acusados y la noche previa de los hechos los acusados mantienen cuatro llamadas de más de 3 horas. La última acabó de madrugada, esa mañana también contactan pero a través de otra antena a la que le da servicio en el momento de los hechos”.

La casera del acusada dice que desapareció sin dar explicaciones

En esta jornada han comparecido también la responsable del piso alquilado por el acusado, algunos vecinos y la exmujer de la víctima y familiares y conocidos de los acusados. La responsable de uno de los pisos donde vivió temporalmente de alquiler uno de los acusados por el crimen del profesor jubilado ha destacado ante el Juez que éste “desapareció del domicilio sin causa ni motivo, sin dar ninguna explicación. Me pareció muy raro que se fuera así y no me lo esperaba de él, era una persona muy colaboradora”.

La casera del piso -que pertenece a una mercantil- ha explicado que le alquiló el domicilio situado en la calle María Teresa Gil de Gárate “con un contrato de un año con posibilidad de prórroga” pero “se fue a los cuatro meses”. Como ha declarado “si se va antes, se penaliza”. “De repente no cogía el teléfono”. En un momento dado “cuando me cogió el teléfono, me dijo que se iba a ir a Zaragoza unos días y que no podía quedar conmigo para pagar alguna factura pendiente. A mí no me dijo que se iba a ir del piso pero, finalmente, un amigo de él al tiempo, me dio las llaves”.

Cuando se fue del piso, “yo le llamé muchas veces” porque “llevaba más de un mes sin dar señales de vida”. “Me pareció muy raro que se fuera así y no me lo esperaba de él. Se fue sin causa ni motivo y sin dar ninguna explicación”. Además, indica, “cuando fuimos a ver cómo estaba el piso había perfumes de marca en la cocina, había bastante ropa, se lo tiramos todo y bisutería. No se dejó todo pero bastantes cosas sí”. Sobre la fianza, indica, “nunca me llamó para recuperarla. No nos hizo ninguna reclamación ni verbalmente ni por escrito”.

Un primo del acusado señala a la procesada: “Siempre que estaba con ella ”le faltaba dinero“

El primo del acusado de asesinato ha declarado este miércoles ante el Juez que aconsejó a su familiar -meses antes de los hechos- que “se alejase” de la otra procesada, con la que mantenía una relación sentimental porque siempre que estaba con ella “le faltaba dinero”.

“Nunca hablé con ella personalmente pero le dije eso a mi primo porque pensé que se podía aprovechar de él a nivel emocional o económico. Yo trabajo en hostelería y veía que cada día iba con una persona diferente. Siempre que estaba con ella le faltaba dinero. Era una relación tóxica”.

Así las cosas -ha indicado ante el Juez- “yo le dije a mi primo como consejo que se alejara de esa persona para siempre”. Al parecer, durante un tiempo, “me hizo caso y al preguntarle de nuevo me dijo que lo habían dejado. Aunque después subí a su piso de Lardero y me la encontré en casa. Cuando mi primo no estaba con ella, él pagaba sus alquileres, enviaba dinero a sus padres... pero cuando estaba con ella iba todo para atrás”.

“Una vez me dijo mi primo (sobre la acusada): Me está sacando lo que tengo y lo que no tengo. Por eso le aconsejé varias veces que no estuviera con ella. Yo a partir de ahí, como vi que no me hizo caso, tomé mis límites y ya no hablaba tanto con él”, ha dicho.

La exmujer de la víctima pide justicia

La exmujer del profesor jubilado hallado muerto el 18 de febrero de 2020 en su domicilio de Logroño ha pedido este miércoles ante el Juez “justicia” para Pedro José Sáez. Además ha declarado “no tener constancia” de que “tuviera una relación con alguna mujer”. “Él nunca me dijo absolutamente nada de eso, posiblemente me lo dijo la Policía con posterioridad, ni tampoco que hubiera dejado dinero”.

Visiblemente emocionada, y separada por un biombo de los dos acusados, la exmujer ha reiterado a preguntas del Fiscal que “él nunca me dijo absolutamente nada de que tuviera una relación con otra mujer y me extrañó porque teníamos confianza pero tendría sus motivos. Tampoco sabía que le había dejado dinero -presuntamente (según el escrito del Fiscal) dejó a la acusada 54.000 euros-, no sabíamos nada, él manejaba sus finanzas a su manera”.

En su declaración ante el Juez, la testigo ha querido poner en valor “la buena relación” y “cordialidad” que mantenía con la víctima tras una relación de más de 30 años de casados (hasta el año 2007). Entre ellos -ha indicado- “había respeto y cariño”. A pesar del divorcio “nos veíamos casi todos los días con frecuencia y nos llamábamos, como mínimo, dos veces al día” pero como matiza “no solía subir al piso de Pepe Blanco”, lugar donde ocurrieron los hechos.

Además, a preguntas de la Fiscalía, ha explicado que “no me consta que tuviera nadie para limpiar en ese domicilio (gabinete, como lo ha definido en varias ocasiones por la labor que la víctima realizaba allí). Nosotros hablábamos de nuestras cosas, de nuestros hijos, de la compra... pero no de otras cosas”.

El día de los hechos, el 18 de febrero de 2020, la exmujer ha recordado muy emocionada que “cuando abrí la puerta me quedé petrificada. Me quedé en shock, no me salió ni la voz. Había sangre e inmediatamente llamamos a los servicios sanitarios pero no se pudo hacer nada”.

Sobre el transcurso de los hechos, ha recordado, aquella mañana “le mandé algún mensaje por Whastapp porque habíamos quedado para hacer una actividad por la tarde. Nada más que me desperté le dije que no hiciera planes después de comer pero ya no hubo contestación. Volví a repetirlo, le llamé al fijo, al móvil... y, después, como no contacté con él en todo el día se lo dije a mi hija y ya con ella nos personamos en el domicilio porque mi hija tenía un mal presentimiento”. Una vez allí, “llamamos al timbre de abajo, al piso y finalmente abrimos la puerta porque teníamos una copia de las llaves y nos lo encontramos en el suelo”.