Cientos de personas asistieron a la misa funeral en la Iglesia del Tanatorio San José de Burgos a la misa funeral en memoria de Carlos Sáenz de Tejada, guardia civil burgalés fallecido en el atentado terrorista de ETA el pasado jueves en Mallorca.
El funeral estuvo presidido por nueve sacerdotes, en representación del arzobispo castrense y el arzobispo de Burgos, que hicieron constantes alusiones al brutal atentado y pidieron que la muerte de Carlos Sáenz fuese la última de la banda terrorista.
“Desde aquí trasladamos el apoyo a la familia de Carlos y agradecemos a todos los burgaleses su respuesta ante el atentado”, señaló uno de los sacerdotes, quien añadió que “esperamos que éste sea el último asesinato de ETA y que ninguna familia tenga que volver a pasar por esto nunca más”.
Asimismo, los sacerdotes realizaron una plegaria en memoria del guardia civil fallecido, “con el fin de que su alma descanse en paz”. La liturgia finalizó con un aplauso prolongado en el tiempo y gritos de apoyo al Cuerpo de la Guardia Civil.
A continuación, el féretro, que estuvo custodiado en el interior del templo por cuatro guardias civiles, fue portado a hombros hasta el cementerio de la ciudad, donde recibió sepultura en el panteón familiar en la más estricta intimidad.
El próximo lunes, a las ocho de la tarde, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, celebrará una misa funeral por el alma del guardia civil a la que asistirán los principales representantes políticos locales y provinciales.