Muchos ciudadanos tienen una segunda vivienda, que usan como destino vacacional unos pocos meses al año. En estos casos, es una gran idea alquilar la propiedad y sacar, de este modo, un buen rendimiento económico.
Pero, tanto los propietarios que sólo tienen una vivienda para alquilar como aquellos que disponen de varias propiedades y quieren convertir el arrendamiento en una inversión a largo plazo, necesitan conocer bien las leyes y los riesgos que implica esta operación.
Los expertos de Inmobiliaria Bogotá nos explican a continuación lo más importante que se debe conocer sobre el alquiler, requisitos legales y posibles riesgos a evitar.
Arrendador y arrendatario, condenados a entenderse
El arrendador y el arrendatario son los principales actores implicados en el alquiler de una vivienda. La principal diferencia entre arrendador y arrendatario radica en sus objetivos y obligaciones.
El arrendador es la persona natural o jurídica que tiene la propiedad del inmueble (esta figura también se aplica para otras propiedades como vehículos o maquinaria) y que decide alquilarlo al arrendatario.
El arrendatario es también una persona natural o jurídica y es quien disfrutará de la citada propiedad, de forma temporal, a cambio de un pago periódico.
En cualquier caso, es importante clarificar que la propiedad de la vivienda siempre seguirá siendo del arrendador, independientemente de la duración o tipo de contrato de alquiler al que se llegue con el arrendatario.
Una buena opción para arrendadores que tienen poco tiempo libre, se sienten inseguros al realizar este tipo de operación o quieren garantías adicionales sobre el alquiler de su propiedad es contratar una inmobiliaria.
Las inmobiliarias de mayor prestigio están compuestas por profesionales con experiencia en el sector y están especializadas en administrar un arriendo. Suelen cobrar un canon en concepto de comisión por sus servicios.
Requisitos legales para el alquiler
Cada país tiene sus propias leyes y condiciones indispensables para alquilar una vivienda. Estos requisitos para arrendar un apartamento buscan que tanto el arrendatario como el arrendador cumplan sus obligaciones y ninguna de las partes salga perjudicada.
Un consejo fundamental para el arrendatario antes de alquilar un apartamento es verificar la propiedad del mismo. El sector inmobiliario se ha convertido en un preocupante caldo de cultivo para muchas estafas en todo el mundo y es importante tomar precauciones. Las mismas facilidades que proporciona el canal online para realizar operaciones también facilitan que los estafadores tengan más libertad para tratar de engañar a sus víctimas. Nunca hay que adelantar dinero antes de conocer al propietario ni de haber verificado que es el titular de la vivienda.
Además, el arrendatario también debe comprobar que el apartamento esté libre de cargas: es decir, que el propietario no deba derramas o cuotas a la comunidad. Si fuera así, es prioritario hablar con el arrendador para conocer cuándo satisfará sus deudas pendientes y que éstas no repercutirán en el disfrute temporal del inmueble.
Por otra parte, el arrendador debe asegurarse de la solvencia de la persona que va a alquilar su propiedad. Para ello, debe pedir un informe de su situación económica y documentación que acredite su liquidez. No basta la palabra ni valen “pactos entre caballeros” pues se trata de un negocio entre extraños en el que hay que asegurarse bien de todo lo que implica. Al igual que las estafas han proliferado en los últimos tiempos también son muchos los casos de propietarios que se quedan sin cobrar la mensualidad de alquiler y que deben adoptar medidas extremas para echar a su inquilino. En España, no es nada sencillo expulsar a un inquilino moroso y entraña un desembolso económico por parte del arrendador por lo que es mejor prevenir estas situaciones comprobando de forma escrupulosa la solvencia económica del arrendatario.
En países como Colombia esta solvencia viene marcada por ley: el arrendatario debe acreditar ingresos certificados cuya equivalencia sea, al menos, el doble del canon de arriendo. Si, además, dicho canon supera los 1’200.001 pesos, la persona que va a alquilar deberá acreditar dos codeudores solventes.
El contrato de alquiler
Se trata del acuerdo legal entre arrendador y arrendatario para alquilar la vivienda y es clave leer todos sus puntos y cláusulas. Leerlas y entenderlas, por lo que, si un arrendador tiene dificultades para redactar y comprender este tipo de contrato, es mejor que acuda a una inmobiliaria profesional para hacerlo. Y este contrato ha de especificar de forma clara qué gastos son responsabilidad de cada una de las partes.
La fianza de alquiler
Por último, no hay que olvidar la importancia de la fianza en todo contrato de alquiler. Lo habitual es que el inquilino deposite una fianza que equivale de 1 a 3 meses de alquiler. Se trata de un seguro para el propietario en el caso de que el arrendatario no pague alguna mensualidad. Dicha cantidad es devuelta por el propietario cuando finaliza el período de alquiler fijado en el contrato.