UPV Alava: Zurigarin (6), Paniagua (4), Fernández de Heredia (9), González (7), García (9) - quinteto inicial – Ciruelos (9), Fernández de Romanategui (15), García Sampedro (8), Picaso (12), Piera (9), Martínez de Ilarduya.
Las Gaunas: Naiara G. (15), Estebas (6), Sara E. (1), Minerva, Ana (24), - quinteto inicial –, Sara S. (9), Naiara O. (8), Alba (5) , Saioa (2), Laura Gil, Tania, Estrella. Parciales: 18-15, 18-14; 24-21 y 28-20.
Dura derrota la sufrida por las logroñesas en su segundo viaje a Vitoria en apenas tres semanas. Tras la espectacular victoria de la semana anterior el equipo riojano viajaba con el equipo casi al completo y con la confianza de superar a un equipo que ocupaba el duodécimo puesto en la tabla. Sin embargo, de nuevo como hace apenas dos semanas, el viaje a Vitoria se atragantó. La cancha compartida de Judimendi se ha convertido en maldita esta temporada, habiéndose visto en ella los dos peores partidos de la campaña.
El partido se inició treinta minutos después de lo previsto, lo que pudo influir en el escaso acierto inicial por ambos equipos que se reflejaba en el escuálido empate a cinco en los primeros cuatro minutos. La sensación de desacierto en un inicio defensivo, así como el dominio en el rebote de las visitantes (4 ofensivos en estos primeros minutos) se convirtió en el negativo de la foto real de lo que el partido depararía. El encuentro se mantuvo igualado hasta el 12 a 15 con que dominaban las riojanas en el minuto ocho, pero ahí se quedaron, dejándose superar al final del cuarto con 18 a 15 para las locales.
El segundo cuarto siguió manteniendo la igualdad el 25 a 25 en el minuto seis. Pero empezaron a aparecer las constantes que marcarían el partido. El dominio en el rebote de las locales y su acierto exterior se contraponían a los escasos cinco rebotes totales y a los pobres porcentajes de tiro (significativo el 2 de diez en tiros triples en la primera parte) de las riojanas. Esto llevó a un parcial 9 a 0 local, para un 34 a 25 que ponía muy feas la cosas en el minuto 9 y que dejó una mala sensación al descanso para las logroñesas, 36 – 29.
El tercer cuarto continuó con las pautas marcadas en el período anterior. El dominio en el rebote local, sobre todo en el ofensivo, así como la escasa fortaleza defensiva visitante, seguía manteniendo adelante a las locales. Pese a ello, las riojanas no cedían sus posibilidades de victoria basándose en un buen control de sus posesiones, como refleja una única perdida en todo el tercer cuarto. Esto, la respuesta de juego entre postes y el mayor acierto en el triple (3 de 7) frente a la defensa en caja y uno de las locales permitió el 43 iguales en el minuto cinco y el 49 a 46 a falta de tres minutos del final del cuarto. No bastó, sin embargo, para parar un parcial de 11 a 4, que permitió a las universitarias alavesas irse con un cómodo 60 a 50 al inicio del último y decisivo cuarto.
Los diez puntos de diferencia permitían adivinar que el partido seguía vivo, pero un parcial de 9 a 2 local seguía mostrando la falta de chispa defensiva de las riojanas que volvía a reflejarse claramente en el rebote. Así, los escasos rebotes de los dos primeros cuartos menguaron aun más hasta los cinco rebotes defensivos y uno ofensivo en todo el segundo tiempo. No mejoraron tampoco los porcentajes, si sangrante fue no llegar al 50 % en tiros de dos durante todo el partido, mucho más lo fue no llegar a ese porcentaje desde la línea de tiro libre (9/ 19). Todo esto se sumó para sufrir un nuevo parcial de 15 a 4, que hacia superar con un 75 -54 la dura diferencia de 20 puntos. Pese a esta ventaja, las logroñesas no bajaron las manos, lo que hubiera ampliado aun más la diferencia dado el buen partido y acierto local, llegándose al marcador final 88 a 70.
Señalar como positivo que se hizo frente a las diversas triquiñuelas tácticas del rival. El principal problema fue la defensa y la sangría en el rebote, que llevó a esos 88 puntos en contra muy difíciles de recordar en este equipo. Así que en cuanto se recupere la identidad del club basada en su intensidad defensiva y garra, con la calidad de este equipo, volverán de nuevos las victorias. Aunque quizá el punto más positivo sea que por esta temporada no se volverá a visitar la cancha de Judimendi en Vitoria, que parece se ha convertido en cancha maldita para las riojanas.