Obama anunciaba este lunes el traspaso del mando de la operación en Libia a la OTAN. En un discuros a universitarios explicó que cumple la palabra dada de que EEUU no permanecería mucho tiempo al mando de la Alianza Internacional. Será, por tanto, este miércoles cuando la OTAN se haga finalmente con los controles de la operación y dirija por tanto los movimientos estratégicos sobre suelo libio.
Washington se comprometió a no poner tropas sobre suelo libio y así ha sido. EEUU se ha limitado, tal y como se acordó en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a encabezar la primera parte de la operación, aunque seguirá apoyando las operaciones militares aprobadas hace diez días en el seno de la ONU para proteger a la población libia de los ataques de Muamar Gadafi.
En un discurso ofrecido desde la Universidad de Defensa Nacional Obama destacó que “Estados Unidos jugará un papel de apoyo, incluyendo apoyo logístico y de Inteligencia, asistencia de búsqueda y rescate y las capacidades para cortar las comunicaciones del régimen (de Gadafi)”.
Sin embargo, el presidente estadounidense resaltó que queda mucho trabajar por hacer en suelo libio, especialmente en lo que se refiere a labores humanitarias del tipo de provisión de alimentos y cuidados médicos para heridos.
También destacó la buena marcha de las operaciones aliadas que han conseguido frenar “el avance mortal” de Gadafi, quien ya ha perdido poder en las principales ciudades libias. Los rebeldes avanzan incluso por el oeste del país y las defensas aéreas gadafistas se encuentran seriamente dañadas.
Tal y como hiciera la ministra de Asuntos Exteriores española, Obama también explicó en su alocución que el objetivo de la misión no es derrocar a Gadafi sino proteger a civiles. Ahora bien, la Casa Blanca ha reconocido, como también se ha hecho desde Moncloa, que se empieza a gestionar a nivel político una salida para Gadafi, pero sin medios militares para conseguirlo.