La crisis política y social que vive Egipto continúa con la división entre el pueblo que pide la dimisión del presidente Hosni Mubarak y los partidarios de éste que le respaldan en su decisión de no abandonar el poder.
Mientras nuevas informaciones salen a la luz. Así según publica el diario británico The Guardian , el Ejército egipcio, que hasta la fecha ha mostrado cierta imagen de neutralidad, ha detenido en secreto a “cientos, y puede que a miles” de manifestantes, muchos de los cuales han sido torturados y permanecen desaparecidos, según denunciaron testigos y activistas de derechos humanos.
La gran mayoría de las violaciones de derechos humanos en Egipto han sido atribuidas, en el pasado, a la célebre agencia de Investigaciones de Seguridad del Estado (SSI), y no tanto al Ejército. No obstante, las organizaciones locales de derechos humanos han asegurado al rotativo británico, en su edición de este jueves, que las fuerzas armadas han perpetrado detenciones secretas, desapariciones y torturas desde que comenzaron las movilizaciones.
A pesar de estas supuestas torturas, los ciudadanos egipcios parecen dispuestos a no cesar en sus protestas. Los manifestantes, cada vez más organizados y a los que se están sumando recién llegados de todos los rincones del país, parecen estar en compás de espera de cara a la jornada del viernes, que ya ha sido bautizada como el Viernes de los Mártires y que se espera que congregue nuevamente a cientos de miles de personas.
“Esperamos que el Viernes de los Mártires será el mayor funeral del mundo para despedir a 300 egipcios”, ha señalado en su cuenta de Twitter Wael Ghonim, el directivo de Google que fue liberado el lunes tras estar detenido más de una semana y que promovió el grupo de Facebook al que se considera como uno de los promotores de las actuales protestas.
Ghonim se refería así al balance de las víctimas mortales en las protestas que ha dado a conocer la organización internacional Human Rights Wacht (HRW) . Según esta ONG, al menos 302 personas han muerto, al menos 232 en El Cairo, 52 en Alejandría y 18 en Suez, todos ellos fallecidos desde el pasado 28 de enero.
Según informa Al Jazeera, el Ministerio de Sanidad egipcio ha negado este balance y ha asegurado que próximamente se darán a conocer datos concretos sobre la violencia registrada durante las protestas, principalmente como consecuencia de los ataques por parte de partidarios de Mubarak a los manifestantes que reclaman la dimisión del presidente y reformas.
La división continúa
Mientras los manifestantes siguen congregados en la plaza de Tahrir, en El Cairo, la división política sigue quedando nuevamente patente. En esta ocasión se debe a las últimas declaraciones del vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, quien en un encuentro con los principales editores de diarios del país, dejó claro que el gobierno no puede tolerar que las protestas se mantengan de forma indefinida.
Tras dejar claro, según informó la agencia estatal MENA, que Mubarak no dimitirá y que no habrá un cambio inmediato de gobierno, Suleiman advirtió de que la alternativa al diálogo “es que ocurra un golpe [de Estado], lo que significarían pasos precipitados y no calculados, incluidas muchas irracionalidades”.
Cuando los directivos de los medios le pidieron que comentara sus palabras, el vicepresidente dijo que no se refería a un golpe militar sino a que “una fuerza que no está preparada para gobernar” podría derrocar a las instituciones estatales, según ha relatado Amr Khafagi, director del diario privado Shorouk.
Desde la coalición que han formado los principales grupos juveniles presentes en la plaza, Jóvenes de la Revolución, han rechazado estas palabras. “Está amenazando con imponer la ley marcial, lo que significa que todo el mundo en la plaza será aplastado”, ha señalado el portavoz de esta coalición, Abdul-Rahman Samir, citado por Al Jazeera. “Pero qué hará con el resto de los 70 millones de egipcios que nos seguirán después”, se ha preguntado.
Por su parte, el Partido Nacional Unionista Progresista (Tagammu) ha anunciado que abandona las conversaciones que Suleiman ha entablado con la oposición, según informa el diario Al Ahram.
La formación socialista ha tomado la decisión tras la formación de un comité para estudiar las enmiendas a introducir a la Constitución pero con la permanencia del presidente Hosni Mubarak en el cargo, algo que, subraya el partido, es contrario a lo que se había acordado inicialmente.
Por otra parte, el partido opositor también está disgustado con el hecho de que el primer ministro, Ahmed Shafiq, haya dado marcha atrás respecto al acuerdo para crear un comité que investigue la actuación de las fuerzas de seguridad el pasado 28 de enero, permitiendo que sea el fiscal general quien finalmente lleve a cabo la investigación.
También los Hermanos Musulmanes han criticado la recién creada comisión de reforma constitucional y a los medios. En un comunicado, el grupo islamista señala que “independientemente de nuestro respeto por sus miembros, creemos que es ilegítima porque fue formada por un presidente que ha perdido su legitimidad”.
“Ha llegado el momento de que los editores pro Mubarak de los diarios controlados por el Estado se arrepientan, despierten sus conciencias, se alineen con el pueblo, demuestren su lealtad y acaten la verdad”, defienden los Hermanos Musulmanes.
“El pueblo egipcio ha roto la barrera del miedo y su concienciación ha aumentado por lo que no se dejarán engañar por los limitados procedimientos adoptados por las autoridades”, advierte el grupo opositor, subrayando “el pueblo es paciente y está determinado a alcanzar sus demandas, independientemente de los sacrificios”.