El Madrid quiere cerrar su crisis en Riazor

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El Real Madrid afronta una de las once finales que le restan hasta el término de la temporada para revalidar su título de Liga, el único objetivo que le queda esta campaña en la que, una vez más, no ha conseguido pasar de octavos de final de la Liga de Campeones ni brillar en la Copa del Rey.

La Liga vuelve a ser la única tabla de salvación de los blancos, aunque al menos esta campaña la situación es más plácida que la pasada, sobre todo después de los últimos tropiezos del FC Barcelona, irregular, pero al menos aún vivo en las tres competiciones.

Tras reducir la ventaja a dos puntos, las dos últimas derrotas de los azulgrana en el Calderón y ante el Villarreal, han permitido a los blancos, que ganaron, no sin sufrir, a Recreativo y Espanyol, aumentar la diferencia a ocho, aunque esta jornada no parece muy propicia para los de Bernd Schuster.

Y es que el Real Madrid visita uno de los feudos que peor se le han dado en las últimas décadas, ya que no gana en Riazor desde el 2 de noviembre de 1991, 0-3 (con goles de Hierro, Michel y Butragueño) a un equipo gallego recién ascendido. Desde entonces, el Real Madrid sólo ha sacado en Riazor cuatro puntos, gracias a otros tantos empates.

Así, los blancos viajan dispuestos a quebrar esa racha, aunque aún con varias bajas, pero, afortunadamente, menos que en los últimos partidos. Con las ausencias conocidas de los lesionados Metzelder y Robben y el sancionado Sergio Ramos, se esperaba el regreso de Van Nistelrooy, pero finalmente los doctores han decidido no forzar su regreso y aplazarlo unos días, aunque sí vuelve Cannavaro.

Enfrente un Deportivo que confía en todo lo contrario, seguir amargándole la vida el Real Madrid en su feudo, y, sobre todo, mejorar su situación liguera, ya que el descenso no deja de acecharle y una derrota esta jornada podría mandarle al pozo.

Los gallegos llegan, sin embargo, en su mejor momento, tras sumar un valioso empate en Valencia y después de dos triunfos consecutivos ante Sevilla y Espanyol, por lo que confían en seguir con la línea ascendente, ya que sólo han perdido uno de los últimos siete partidos.