El presunto autor de doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, quien ha calificado su acto de “cruel, pero necesario”, había colgado en internet un manifiesto de 1.500 páginas llamando a la violencia contra los musulmanes y comunistas.
El presunto agresor, detenido tras el ataque al campamento de vacaciones de la isla de Utøya, colgó un largó documento titulado “2083 A European Declaration of Independence”, en inglés, en que entre otras cosas declaraba la “guerra de sangre” contra inmigrantes y marxistas, informa hoy la agencia de noticias NTB.
“Creo que es el último texto que voy a escribir. Hoy es viernes, 22 de julio, a las 12.51”, terminaba el manifiesto. Dos horas y media mas tarde, estalló la bomba en el complejo gubernamental de Oslo, en que murieron 7 personas, al que siguió la matanza de la isla, con otras 85 víctimas mortales. Según explicó ayer su abogado, el sospechoso declaró a la policía que la masacre que perpetró era “cruel, pero necesaria”.
El noruego está ligado a grupos ultraderechistas, fundamentalistas cristianos e islamófobos y reconoció ante las fuerzas de seguridad que estuvo detrás de la tragedia de la isla de Utøya, en la que murieron tiroteadas 85 personas, en su mayoría adolescentes.
Así lo explicó su abogado, Geir Lippestad, conocido por haber defendido a famosos neonazis, en una entrevista al canal de televisión “TV 2”, en la que apuntó que el sospechoso declaró hoy ante la policía durante horas.
“El explicó la seriedad del asunto, la increíble amplitud de heridos y muertos. Su reacción fue asumir que era cruel ejecutar esos asesinatos, pero en su opinión esto era necesario”, apuntó Lippestad, que confirmó el nombre del sospechoso, un extremo que hasta el momento sólo habían hecho los medios locales.
Agregó que Behring no negó nada de lo que hizo y se prestó a colaborar con la investigación, “aportar evidencias”, así como el móvil que le llevó a perpetrar la masacre. Sobre la preparación del doble ataque, el abogado afirmó que el detenido planeó “durante muchos años” cómo ejecutar su matanza.
El viernes, a primera hora de la tarde, un potente coche bomba mató a siete personas en el barrio gubernamental de Oslo, hirió a decenas y provocó serios daños en cuatro edificios públicos.
Dos horas más tarde, un hombre disfrazado de policía entró en un campamento de las juventudes socialdemócratas noruegas, comenzó a disparar indiscriminadamente contra la multitud con un arma automática y mató a al menos 85 personas.
Las fuerzas de seguridad cuentan con que la cifra definitiva de muertos se elevará en las próximas horas. Esta previsto que mañana el sospechoso sea examinado por un equipo de médicos y el lunes pasará a disposición del juzgado de distrito de Oslo.