Unos 3.000 pacientes riojanos tratados con anticoagulantes orales serán controlados en su centro de salud o consultorio, después de que la Consejería de Salud implantara ayer en los consultorios de Viguera y Fuenmayor el programa para el tratamiento de anticoagulación oral, servicio que en los próximos meses se prestará también en los centros de salud de Gonzalo de Berceo y Rodríguez Paterna en Logroño, y Murillo y Haro en el resto de la Comunidad.
Con estas actuaciones, en el próximo trimestre, todos los centros de salud y numerosos consultorios locales de La Rioja dispondrán de dicho tratamiento, con el objetivo de acercar este servicio a los ciudadanos, evitar desplazamientos, ofrecer al paciente la posibilidad de que conozca los resultados al instante y con un tipo de prueba menos cruenta (un pinchazo, frente a la extracción de sangre).
La Consejería de Salud ha ido implantando paulatinamente el programa para el tratamiento de anticoagulación oral, que evita enfermedades como las trombosis, embolias y otras relacionadas con pacientes con patología cardiaca, en los centros de salud y consultorios riojanos, de forma que los médicos de familia controlan a sus pacientes.
Del total de pacientes riojanos que están sometidos a tratamiento con anticoagulantes, unos 4.500, casi el 70% estará controlado en breve por su médico del centro de salud y/o consultorio local; es decir, alrededor de 3.000 pacientes. El resto, por las características especiales de los pacientes o por tener unos controles previos inestables, seguirá siendo vigilado desde el servicio de Hematología del Hospital San Pedro.
Para llevar a cabo este programa, la Consejería ha dotado a los centros de salud de coagulómetros portátiles, gracias a los que con tan sólo un pinchazo en el dedo del paciente (similar a la prueba que se realiza para conocer los niveles de glucemia) y con la ayuda de un programa informático, se puede obtener al instante el resultado de la medición del nivel de coagulación de la sangre. El servicio se presta ahora con más rapidez y comodidad a los pacientes y más seguridad a los profesionales, porque evita el transporte y manipulación de la sangre.