Sin excesivo brillo, España hizo los deberes para superar a una Luxemburgo menor (4-0) y cerrar, a falta de una jornada, su billete para la Eurocopa de Francia del próximo verano y encima con el primer puesto asegurado gracias al tropiezo de Eslovaquía ante Bielorrusia. Pese a que el desenlance ya se conocía, faltaba por desvelar la trama y los protagonistas de una película con poco suspense. Del juego hubo poco brillo, mientras que Cazorla y Alcácer, con dos goles cada uno, asumieron el papel principal que dejó dos lesiones, la de Silva y Morata -posible fractura de peroné-. Asimismo, Las Gaunas -vivió otro lleno como siempre que ha acudido la selección nacional- no acabó de cerrar el debate sobre los pitos a Piqué, ya que el central fue abucheado y aplaudido a partes iguales cada vez que tocaba el esférico.
Las lesiones de Silva -cazado por Gerson en el tobillo- y Morata -un defensor cayó sobre su rodilla derecha-, ambas para la media hora, dejaron poco margen a Del Bosque para maniobrar. Por eso era importante que el plan inicial saliera bien y así no tener que mostrarse ansisoso ante la ausencia del gol. Por suerte, casi por inercia y por presencia en campo ajeno, España es capaz ante rivales menores de generar oportunidades. Eso no significa que esta escuadra enamorara en Logroño por su fluidez y su capacidad realizadora. Simplemente cumplió. Acertó cuando más dudas había, justo antes del descanso y trató de sentenciar en el arranque del segundo parte. Suficiente para asegurar el billete para la Eurocopa de Francia que se disputa el próximo verano.
Cazorla abre la lata
Cazorla, que previamente ya se había topado con el larguero, estuvo listo para cazar un rechace dejado por Joubert tras un tiro a bocajarro de Pedro, para culminar una gran acción, una de las mejores del duelo. Hubo que esperar 41 minutos para un tanto que mermó a un Luxemburgo que se dejó llevar. De hecho, cada vez que España movía el balón con celeridad, uno o dos toques, y combinaba por dentro y por fuera, se atisbaba cierto peligro. Y eso que el bloque nacional careció de movilidad en fases del choque. Así, con Bartra y Piqué -pitado y aplaudido a partes iguales- tranquilos ante el romo ataque de Luxemburgo, Cesc y Cazorla se encargaron de crear. Pedro y Mata partían desde los extremos, mientras que Morata -muy activo durante la media hora que estuvo en el campo- era de los pocos futbolistas que se desmarcaba con ahínco.
Durante la primera mitad, como era de intuir, España manejó los tiempos, dominó la pelota y fue embotellando, con el paso de los minutos, a un bloque luxemburgués que saltó a Las Gaunas sin complejos, valiente -dentro de sus posibilidades-, agresivo -no dudó en dejar el pie e intimidar a su adversario- y buscando la forma de hacer daño. Porque el conjunto que dirige Luc Holtz no se atrincheró en su campo, aunque no le quedó más remedio que aceptar su sino, intentó aguantar el máximo tiempo con el balón en su poder -bastante poco ante la buena presión del bloque español- y no dudó en abusar de Joachim, casi siempre entre Bartra -gran partido el suyo- y Jordi Alba, para que Bensi disfrutara de espacios para lucirse. Muy poco para inquietar a un Casillas que salvo un par de córners y un tiro de Bensi, que se marchó fuera, tuvo muy poco trabajo.
En busca de la sentencia
En la segunda parte, la tónica no varió mucho. Luxemburgo, ahora más errático y más pendiente de trabajar en defensa, tapar espacios y de que los españoles no estuvieran cómodos, perdía antes la pelota, apenas avanzaba. Los de Del Bosque, sin acabar de pisar el acelerador, sabían que el duelo estaba resuelto pese al tiro desviado de Joachim que trató de sorprender a Casillas desde 40 metros y un par de tiros que no encontraron portería.
Pero faltaba concretarlo porque aunque la contienda parecía cerrada ir con un único gol por delante provocaba que Luxemburgo estuviera en la pelea. Hasta que una recuperación de Pedro propició que el esférico le llegara a Cesc, el cual filtró un pase a Alcácer que dejaba al delantero frente a Joubert, al que batió por bajo. Misión cumplida. Triunfo finiquitado, pero sin brillo. Más por dominio que por claridad, más por pegada y acciones esporádicas que por continuidad. Inconscientemente estaba en el pensamiento de los futbolistas el viaje a Kiev para cerrar el primer puesto del grupo ante Ucrania este lunes. Cuestión que ya está certificada ante el tropiezo de Eslovaquia frente a Bielorrusia (0-1).
Tiempo para redondear una noche en la que Alcácer volvería a mojar -tuvo una anterior pero su tiro se marchó fuera- gracias a la insistencia de Jordi Alba en pelear un gran pase de Nolito. La pugna del lateral con Joachim provocó que el jugador del Barcelona tocar con la puntera y sirviera al ariete del Valencia que, a puerta vacía, marcó a placer. Nolito, que sustituyó a Pedro, dejó en poco más de un cuarto de hora detalles del gran momento de forma por el que atraviesa el futbolista del Celta de Vigo. Ambición y ganas, quizá es lo que necesite La Roja que cerró el marcador con el segundo tanto de la noche de Cazorla, con un tiro desde la frontal. Así murió un duelo transcendente porque asegura un lugar en la Eurocopa, pero que no pasará a los anales de la historia de una selección con pegada, pero gris en la elaboración. Probablemente lo deje para otras citas más importantes.
España: Casillas; Juanfran, Piqué, Bartra, Jordi Alba: Busquets, Cesc, Cazorla; Silva (Mata, min. 10), Morata (Alcácer, min. 32) y Pedro (Nolito, min 76).
Luxemburgo: Joubert; Delgado, Maiget, Chanot, Jans; Mutsch, Payal, Gerson, Martins (Da Mota, min. 78); Bensi (Deville, min. 63) y Joachim (Turpel, min. 89).
Goles: 1-0, min. 41: Cazorla. 2-0, min. 66: Alcácer. 3-0, min. 79: Alcácer. 4-0, min. 85: Cazorla.
Árbitro: Sebastien Delferiere (Bélgica), acompañado por Yves De Neve y Thibaud Nijssen. Amonestó a Pedro (min. 54), por España; y a Malget (min. 53) y Da Mota (min. 87), por Luxemburgo.
Incidencias: Lleno en Las Gaunas, 16.000 espectadores, en la disputa de la 9ª jornada del Grupo C de la fase de clasificación para la Eurocopa 2016.