La sección oficial de Zinemaldia nos traslada a los paisajes inhóspitos y helados de Groenlandia con Kalak, una de las películas más incómodas de la sección oficial de este año.
Hasta allí llega Jan, un enfermero danés, que junto a su familia, busca su lugar en el mundo mientras huye de un pasado de abusos sexuales por parte de su progenitor.
Ahora es padre, marido y aparentemente un hombre familiar y sociable, pero conforme avanza el metraje, observamos que nada en la vida de Jan podría percibirse como normal, desde sus continuas infidelidades a su paciente esposa, hasta su empecinamiento por integrarse en la comunidad inuit y transformarse en un Kalak (sucio groenlandés) en una intención clara de enterrar su pasado por siempre.
A pesar de su condición de víctima, cuesta empatizar con Jan, un hombre anodino y caprichoso que en su obsesión por huir de su pasado, se acercará irremediablemente a este hasta las ultimas consecuencias. Una película psicológicamente compleja, nada complaciente, con una manera original y distinta de mostrar las consecuencias del abuso y sus irremediables daños colaterales.