María Victoria Campos, viuda del guardia civil asesinado el miércoles por ETA en un atentado en la casa-cuartel de Legutiano (Álava), Juan Manuel Piñuel, se dirigió hoy a los “asesinos miserables” y les dijo: “no sois nadie, sólo basura, un punto negro en la limpieza de un gran país”. Además, agradeció el apoyo del pueblo vasco “que me transmitió toda su fuerza, toda su dignidad y toda su grandeza”.
En una comparecencia ante los medios de comunicación, María Victoria leyó un comunicado en el que dijo “repudiar desde lo más hondo de mi corazón a esos cobardes miserables que no tienen dignidad ni principios, que destruyen sin escrúpulos la vida y las ilusiones de las personas y que no saben respetar un estado de derecho”.
Aseguró que lo que quieren es “acabar con la democracia y ensucian con sus viles actos la dignidad de su pueblo”, pero les advirtió de que “no quedará así, que luchamos y lucharemos porque esta lacra de asesinos miserables acabe”. “Con la ayuda de todos, lo vamos a conseguir”, apostilló.
La viuda indicó que la Cruz de oro al mérito de la Guardia Civil, que le hizo entrega el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y que “ya no puede llevarla mi marido”, la lleva en su nombre “con todo mi orgullo”. “Viva España, viva la Guardia Civil”, aseveró.
María Victoria agradeció el apoyo recibido del pueblo vasco “que me transmitió toda su fuerza, toda su dignidad y toda su grandeza”, y dio las gracias “con mayúsculas” a la Dirección General de la Guardia Civil “por lo bien que se han portado con nosotros en todo momento, desde antes de salir de casa y hasta nuestro regreso”.
También expresó su agradecimiento a los Príncipes de Asturias, al presidente del Gobierno, a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, y a otros cargos del Gobierno y demás autoridades, “muy en especial al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al general Portillo, a Teo, a Jesús Rico y su compañero, al capitán Antonio, al psicólogo Antonio Romance, a Toñi y por supuesto a sus padres, hermanos, toda mi familia y mis amigos por el calor humano”.
Gracias a todos estos, según dijo entre lágrimas, “se hizo más fácil y llevadera una situación que no tiene explicación, que se sale de los límites de la lógica y el entendimiento humano”. También dio las gracias al apoyo recibido de las víctimas del terrorismo “ahora por desgracia compañeros míos”, a los amigos de su marido “Manolo” que llegaron desde Valencia y Asturias y “a los que no pudieron venir, pero han estado”.
Por último, agradeció la asistencia al acto a los medios de comunicación, a quienes pidió por el bien de su hijo y de su familia que respeten su intimidad a partir de ahora, por lo que no quiso responder a preguntas de los periodistas.
Juan Manuel Piñuel Villalón, de 41 años, ingresó en el instituto armado el 2 de noviembre de 1997 y, tras su paso por Llombai (Valencia), pidió el traslado al País Vasco, donde llevaba en torno a dos meses, para así, pasados tres años, tener carácter preferente y pedir como destino Málaga.