Cual forajido del lejano Oeste, el Río Ourense Termal le quitó la bolsa y la vida a un Clavijo calamitoso en el lanzamiento (21 de 64 en tiros de campo) que regresa a los puestos de descenso y se deja el basketaveraje con un rival que encadena cuatro triunfos seguidos. El 59-69 obedece a la ineptitud de los hombres de Jenaro Díaz para anotar con regularidad (un tiro metido por tres ejecutados). Y no porque la defensa rival fuera espectacular. La falta de confianza exterior pasó factura, haciendo al cuadro riojano muy previsible tras el descanso, donde todo era juego interior, penetraciones y, evidentemente, lanzamientos erráticos, incluidas pérdidas de balón.
Con sólo dos jugadores por encima de los dos dígitos (Yates y Quintela) es muy complicado superar a un adversario que supo sufrir cuando no anotaba y que fue capaz de darle la vuelta a la tortilla porque sí era consciente de que en juego había mucho. Puede que la gastroenteritis de los riojanos de principio de semana, pero la calidad individual, otro noche más, de Uzas, Trist, Johnson Jr y Rozitis pudo contra un Clavijo bloqueado, sin brújula y con escasos argumentos ofensivos. Mucho debe cambiar el panorama, en el aspecto mental principalmente, para ver a un Clavijo ganador.
No era un partido para adornarse. El Clavijo lo sabía y trató de ser más intenso que su oponente, un crecido colista que llegaba al Palacio con tres victorias consecutivas. Consciente de los problemas locales en el lanzamiento, no hubo miedo en el primer cuarto. Que no se meten triples, ya llegarán. Así fue. Coggins y Quintela vieron aro. Un espejismo para lo que se vio en esos diez minutos.
Se imponían las defensas. Bueno, quizá los malos ataque y peores lanzamientos, algunos libres de marca. Salvo dos acciones individuales de Zamora y Uzas, los visitantes buscaron el juego interior, siendo Rozitis el referente. Tanto que visitó la línea personal con asiduidad. No en vano, tras el 12-6 mediado el cuarto, el Río Ourense Termal fue creciendo desde el tiro libre. Hasta le dio la vuelta, 12-13. Adala Moto y Gutenis, también desde el 4,60 para firmar el 16-15.
El Clavijo buscaba que la pelota llegara dentro, donde Gutenius y Yates daban otro estirón, 21-17, mientras que Trist era el único que anotaba por los orensanos que se agarraban al encuentro merced a la errática noche, una más de los riojanos, en el tiro exterior -11 de 34 al descanso en tiros de campo, incluidos un 2 de 15 en triples-. La anotación era bajísima, costaba un mundo encadenar dos acciones positivas. Jenaro Díaz continuaba con la apuesta de Yates (9 puntos en el acto secundario) mientras que el Ourense estaba perdido.
SIN CAPACIDAD PARA ESCAPARSE
Concedía segunda, terceras y hasta cuartas oportunidades a un cuadro riojano que no era capaz de distanciarse, con notoriedad, ante un oponente tocado y con escasos argumentos ofensivos. Con un pobre 28-23 Ourense intentaba evitar el despegue a falta de dos minutos para el intermedio. El preparador de los anfitriones pedía más velocidad e intensidad y Balomou desató los aplausos con todo merecimiento. Primero con un tapón espectacular a Johnson Jr –hijo del mítico jugador del Joventut Regginald Johnson- y corriendo el contragolpe para cerrar la primera mitad con un mate estratosférico: 32-26; algo de luz en el túnel.
Parcial de 0-5 en dos minutos y Coggins que veía la cuarta falta personal. Así, sin contemplaciones. Gutenius replicaba desde la larga distancia para dar aire a los suyos, 35-31. Pero otro racha de los visitantes, 0-7 con un triple desde diez metros de Uzas, colocaban por delante al Río Ourense Termal después de mucho tiempo (2-4 y 14-15). El Clavijo tenía miedo a lanzar. Newby y Balamou gozaron de opciones claras, pero optaron por penetrar con el lío que eso suponía.
El colista era paciente para mover y sacar de sitio a los locales que se veía por debajo en el electrónico 37-41 con algo más de tres minutos para la conclusión del cuarto. Intercambio de canastas con saldo positivo para los logroñeses después de un dos más uno de Adala Moto, 46-45, aunque Trist daba ventaja de cara a los últimos diez minutos, 46-47. Y eso que Jenaro Díaz se la jugó con Coggins en pista en los segundos finales del cuarto.
Se apreciaba algo más de energía en ambas defensas, El Clavijo lo tenía cristalino, balones a Yates, mientras que Ourense sacaba del choque a Coggins con 7 minutos por jugarse, 50-49. Aunque el letón Rozitis, con un dos más uno, y Trist volvían a destacar a los visitantes, 50-54, mediado el cuarto. El miedo a ir por detrás en el electrónico podía pasar factura a un cuadro local espeso que se precipitaba en sus ataques, como si la gastroentiritis empezara a hacer mella en algunos jugadores.
Esa fuerza de más era necesaria. Pero si había que bajar el riñón y ponerse el mono de trabajo, también era fundamental algo de clarividencia en ataque. Johnson Jr. complicaba la existencia con un triple, 50-57. Bravo salía al rescate con otro, pero Uzas replicaba manteniendo los 7 arriba para los suyos. Mal pintaba el panorama con poco más de tres minutos por jugar.
De nuevo el escolta catalán daba esperanzas, 57-60. Pero Rozitis y Johnson Jr finiquitaban el duelo, 57-64. Enésima pérdida local y a esperar el milagro vía personales. No llegó. Es más la diferencia fue a más, hasta el definitivo 59-69, es decir que además se perdía el basketaveraje. Lo que es peor retorna a puestos de descenso, todo lo contrario que Río Ourense Termal que continúa ganando, en esta ocasión, gracias a la inoperancia de un Clavijo que se mete en el fango. El cuadro gallego le birló la bolsa y la vida.
FICHA TÉCNICA
Clavijo: Quintela (11), Coggins (3), Balamou (6), Bieshaar (2) y Yates (14), cinco inicial, Newby (2), Adala Moto (7), Martínez, Gutenius (8), Bravo (6) y Cabot.
Río Ourense Termal: Johnson Jr (13), Uzas (9), Manzano (4), Zamora (9) y Rozitis (14), cinco inicial, Ahonen (4), Trist (12), Ndoye (2) y Moreno,
Parciales: 16-15, 16-11 (32-26 al descanso), 14-21 (46-47) y 13-22 (59-69 al final).
Árbitros: Jesús Marcos Martínez Prada y David Planells Caicedo. Eliminado por faltas personales el local Coggins (min. 33).
Incidencias: 250 espectadores en el Palacio de los Deportes de Logroño.