Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la eurozona aprobarán hoy capitalizar los bancos comunitarios en dificultades con fondos públicos y garantizar los préstamos interbancarios para reactivar este mercado, que en la actualidad se encuentra paralizado por la desconfianza entre las entidades, según el borrador de conclusiones de la cumbre que se celebra en estos momentos en París.
El plan sigue el modelo diseñado por el primer ministro británico, Gordon Brown, y supone que cada Estado miembro actuará por su cuenta pero de manera coordinada con el resto de la UE. Por ello, en las conclusiones no se recoge ninguna cifra de cuánto costará esta intervención. Así, tanto Alemania como Francia ya han anunciado que tienen previsto adoptar medidas en este sentido en los próximos días.
Los líderes del Eurogrupo confirman su compromiso de “actuar de manera conjunta para restaurar la confianza y el funcionamiento adecuado del sistema europeo, con el objetivo de restablecer unas condiciones de financiación eficaces para la economía”, señala el borrador.
Este enfoque coordinado de los países del euro pretende garantizar unas condiciones apropiadas de liquidez para los bancos, facilitar su financiación, que actualmente está paralizada, permitir una recapitalización eficaz de los bancos con problemas, y asegurar una aplicación flexible de las reglas de contabilidad para tener en cuenta las excepcionales circunstancias del mercado.
Por lo que se refiere a la liquidez, los jefes de Estado y de Gobierno celebran la reciente decisión del Banco Central Europeo (BCE) y de otros bancos centrales de rebajar medio punto los tipos de interés hasta situarlo en el caso de la eurozona en el 3,75%. No obstante, piden a los bancos centrales que sigan estudiando “todas las vías posibles para reaccionar de manera flexible a las actuales condiciones del mercado”.
En cuanto a la garantía de los préstamos interbancarios, los Quince aseguran que “actuarán de forma concertada y coordinada para mejorar el funcionamiento del mercado”. El objetivo de esta iniciativa debe ser “solucionar los fallos concretos en las condiciones de refinanciación actuales”.
Para ello, los Gobiernos proporcionarán una garantía durante un periodo limitado y en condiciones comerciales sobre los préstamos interbancarios. Dependiendo de la situación de cada país, esta garantía podría limitarse a sólo un determinado tipo de deuda bancaria. En todo caso, deberán evitarse las distorsiones en el mercado interior y los abusos a expensas de las entidades que no se beneficien de esta garantía.
En este sentido, el precio de tales instrumentos debe reflejar al menos su valor real en condiciones de mercado normales. Todos los bancos presentes en la eurozona, independientemente de su nacionalidad, podrán beneficiarse de manera no discriminatoria. Los Gobiernos podrán imponer condiciones adicionales a los beneficiarios para garantizar un apoyo adecuado a la economía real.
Finalmente, este esquema será limitado tanto en cantidad como en el tiempo, y se aplicará bajo una estricta supervisión de las autoridades financieras hasta el 31 de diciembre de 2009.
Los Quince aseguran además en las conclusiones que suministrarán a los bancos recursos de capital adicionales para garantizar una adecuada financiación de la economía. Este punto se ajusta al plan aprobado por el Gobierno, que consiste en un fondo de hasta 50.000 millones de euros para comprar activos no tóxicos a los bancos para que éstos tengan más liquidez.
RECAPITALIZACIÓN DE BANCOS CON PROBLEMAS
El texto de conclusiones reitera el compromiso de los Quince de no dejar que quiebre ningún banco importante para el sistema financiero, recurriendo a las recapitalizaciones con fondos públicos si es necesario. Si un Gobierno decide inyectar dinero público en un banco deberá siempre salvaguardar los intereses de los contribuyentes y garantizar que los accionistas y los directivos asuman las consecuencias de la intervención.
Además, cualquier intervención de emergencia debe ir acompañada de un plan de reestructuración.
Los líderes del Eurogrupo reclaman a la Comisión que cuanto antes reforme, siguiendo el ejemplo estadounidense, las reglas contables que obligan a tener en cuenta en cada momento la depreciación de los activos financieros. Esta cuestión debe resolverse a finales de mes para que las nuevas normas puedan aplicarse ya durante el tercer trimestre.
Por último, los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro piden que estas conclusiones se lleven a la cumbre de los Veintisiete que se celebrará los días 15 y 16 de octubre en Bruselas y que tendrá como principal punto de la agenda buscar una salida a la crisis financiera.