Las emergencias sanitarias, provocadas por conflictos bélicos o desastres naturales, son episodios extraordinarios que pueden poner en peligro la salud y la supervivencia de grandes poblaciones. Los niños están entre los grupos más vulnerables durante estas situaciones, y los pequeños son los más expuestos de todos, ya que pueden pasar por condiciones graves como alteraciones digestivas, neumonía y malnutrición.
La capacidad de la lactancia materna para salvar vida en situaciones críticas es un mensaje clave. En cualquier circunstancia, según la agencia, “la mejor manera de prevenir la malnutrición y la mortalidad entre bebés es alimentarlos únicamente con leche materna una hora después de que nazcan, y continuar al menos hasta que cumplan seis meses, aunque a partir de entonces sí deben incluirse otros alimentos en su dieta”. Cuando se produce una situación de emergencia, el propósito es crear y mantener un entorno en el que sea posible amamantar con frecuencia los niños de hasta dos años de edad.
PROTECCIÓN Y APOYO
Desgraciadamente, según la agencia, se ha extendido la errónea idea de que el estrés y la malnutrición de las mujeres en situaciones de emergencia pueden comprometer su capacidad para dar el pecho. Por ese motivo, durante éstas se suelen donar sustitutos de la leche materna que, de hecho, “deterioran la lactancia y deben ser evitadas”. En lugar de este tipo de medidas, proponen delimitar lugares seguros para madres e hijos, ofrecer información y establecer fórmulas de apoyo 'de madre a madre'.
Como parte de su preparación para situaciones críticas, hospitales y centros sanitarios “deberían contar con trabajadores preparados que puedan ayudar a las madres a establecer la lactancia y a superar posibles dificultades”, sugieren.
MOTIVOS Los niños son especialmente vulnerables ante las emergencias, situaciones en las que la mortalidad infantil puede elevarse entre 2 y 70 veces sobre la media debido a la diarrea, las enfermedades respiratorias y la desnutrición.
La lactancia es una intervención que puede salvar vidas, y su poder protector es especialmente notable para los niños de menor edad. Incluso cuando no se ha producido emergencia alguna, los bebés de dos meses que no maman tienen seis veces más probabilidades de fallecer.
Las emergencias pueden presentarse en cualquier lugar del mundo, “dejando a los cuidadores de los niños frente a adversidades para hacer frente a la enfermedad y la muerte”, advierte la OMS.
En las emergencias, las madres necesitan un apoyo activo para continuar o restablecer la lactancia.
La preparación ante emergencias es vital. Apoyar la lactancia en circunstancias normales favorecerá la capacidad de las madres para reaccionar ante una crisis.