Un grupo internacional de científicos con la colaboración del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), perteneciente al CSIC, ha detectado este estallido, denominado 'GR 080319B'. Se originó a tanta distancia que su luz ha tardado unos seis mil millones de años en poder ser observada desde la Tierra, según explica uno de los miembros de la investigación.
El estudio, cuyas conclusiones se publican esta semana en la revista 'Nature', atribuye el intenso brillo de este estallido a uno de los dos chorros de material que emanaba de la estrella y que apuntaba hacia la Tierra.
Los científicos observaban el estallido de otra estrella en el cielo ocurrido media hora antes, cuando casualmente captaron la luminosidad del estallido de rayos gamma 'GRB 080319B' que, de otro modo, no habría sido detectado.
El estallido 'GRB 080319B', una muerte estelar detectada el pasado 19 de marzo, es el fenómeno más energético del Universo observado hasta la fecha, y su intensidad ha sido tal que se ha podido observar desde la Tierra a simple vista.
Los estallidos de rayos gamma (GRBs, por su nombre en inglés) tienen lugar cuando una estrella muy masiva consume todo su combustible y carece de energía para compensar la fuerza de la gravedad.
En un proceso conocido como 'hipernova', su núcleo se derrumba para dar lugar a un agujero negro y de él emergen unos chorros bipolares que expulsan materia a una velocidad muy próxima a la de la luz. La potencia de los estallidos de rayos gamma es comparable a la del recién inaugurado LHC, el acelerador de partículas más potente construido hasta el momento.
Aparentemente, al morir la estrella como hipernova, de su núcleo emanaron dos chorros bipolares, como un faro contenido en otro, de los cuales uno era más estrecho y energético, y que los científicos pudieron observar debido a que el mismo apuntó directamente hacia la Tierra.
Los estallidos de rayos gamma se comportan como intensos faros cósmicos visibles a miles de millones de años luz de distancia.