Las fuerzas de la OTAN en Afganistán (ISAF) intensificarán los enfrentamientos con la insurgencia tras la llegada al país centroasiático de los anunciados refuerzos militares, especialmente al prometido por Estados Unidos, lo que podría incrementar también las bajas civiles, según reconoció el portavoz militar Eric Tremblay.
Con los 30.000 soldados adicionales anunciados por Washington y los 6.800 comprometidos por los países aliados, la presencia extranjera ascenderá a unos 140.000 efectivos. Estas tropas ayudarán en el entrenamiento de policías y soldados afganos para que asuman a medio plazo la seguridad del país, pero también contribuirán a aumentar los ataques directos contra los milicianos talibán.
Tremblay señaló que una de las intenciones del comandante de las fuerzas norteamericanas y de la OTAN en Afganistán, el general Stanley McChrystal, es intensificar la acción armada. “Con la llegada de tropas adicionales, es de esperar que algunas zonas tengan que ser limpiadas, ocupadas y reconstruidas”, añadió el portavoz.
La experiencia de ocho años de conflicto ha demostrado que un incremento de las operaciones de combate, acompañadas en la mayoría de los casos de ataques aéreos, lleva parejo una subida de las bajas civiles. Aunque McChrystal insiste en que hará de las vidas de civiles una de sus prioridades, Tremblay admitió que podrían producirse “daños colaterales”.