La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

La portería afila sus garras

Rioja2

0

Mientras hay quienes celebran su victoria número cien seguida en Asobal -caso del imparable Barcelona-, hay otros equipos que festejan cada triunfo como si fuera el último, que aprietan los dientes, que hacen piña cuando las cosas salen bien, pero también cuando no es así. Sin confianzas, sin relajaciones, sin sufrir esas pájaras que otras campañas cuestan puntos, este Naturhouse, sobre todo tras el despiste vivido en el Palacio ante Ciudad Encantada -iba ganando 27-20 y a punto estuvo de complicarse el choque tras el 27-26-, se está haciendo fuerte desde atrás, como evidenció en su contundente victoria ante Valladolid por 33-20.

La defensa es clave, pero mucho más si el acierto de tus porteros es estratosférico. Porque este sábado Kappelin, brillante durante la primera mitad, paró uno de cada dos balones que le lanzaron, una pasada. Pero es que Aginagalde, que salió al partido con todo decidido (26-16), mejoró los guarismos de su compañero. ¡Increíble! Nueve paradas de 13 lanzamientos. Espectacular. Así todo es más fácil. Se puede correr, se pueden encadenar parciales positivos que rompan el choque, se puede dejar al rival más de 13 minutos sin anotar...

Con la actuación del sueco y del irundarra, el Naturhouse se consolida en la tercera posición en Asobal siguiendo los pasos de los dos únicos equipos que han sido capaces de superar a los franjivinos, Barcelona y León. Además, Granollers cede terreno tras caer ante Bidasoa. Había respeto por la visita del Recoletas Valladolid al Palacio. Un conjunto atrevido, valiente, ambicioso, fiel a un estilo que le está dando resultado a un Naturhouse que temporada tras temporada mejora sus registros. Con menos calidad, el cuadro pucelano trata de imitar la apuesta de los riojanos.

KAPPELIN EMPIEZA PARANDO

Los de Jota González no variaron su concepto y liderados por un gran Kappelin bloquearon el ataque de un Valladolid que tuvo que tirar de individualidades porque en cuanto a bloque, la intensidad y velocidad defensivas unido a las paradas del meta sueco frenaban el ímpetu de un conjunto, el visitante, que ansiaba un triunfo de prestigio. Dos goles de Sanad, casi calcados, y otro de Langaro ponían un 3-0 para comodidad de la grada local. Pero Diego Camino y Serdio encontraron el camino de superar al infranqueable Kappelin. Con el 3-2, apareció Ángel Fernández, para con su habitual destreza encauzar el choque, con un 6-4 que se incrementó al 7-4 al cuarto de hora.

Dujshebaev, desde los 9 metros, hacía daño y mantenía a los suyos a flote, igual que Víctor Rodríguez. Tanto que gracias a un parcial de 0-3, el equilibrio volvió al marcador, 9-9 a los 22 minutos. Jota paró el duelo. Tiempo muerto para reordenar ideas y para sentenciar el partido. Cuatro goles seguidos, favorecidos por la exclusión del visitante Víctor Rodríguez, permitieron coger la directa al Naturhouse, ya que del 13-10 se pasó a un 16-10 en el que Kappelin volvía a brillar con sus intervenciones.

Cacheda, ya en escena, rompía líneas y Garabaya estaba siempre ahí, en el sitio adecuado para superar a Javi Díaz, como evidenció en el tanto con el que se cerró el primer tiempo, cogiendo un rechace. El cuadro franjivino se disparaba, 18-11, al descanso ante un Valladolid que intentó imprimir velocidad a sus acciones, pero que se encontró con una gran versión, en el aspecto defensivo, del Naturhouse, ordenado, que replegaba con criterio y que no perdía balones tontamente como sí hacía su oponente.

AGINAGALDE TOMA EL RELEVO

Los de Nacho González querían volver a meterse en el encuentro, así que Fernando Hernández y Rubén del Río capitalizaron el protagonismo en ataque para dejar el 21-16 a los 37 minutos. A partir de ese momento, el Valladolid desapareció, se minimizó. Un parcial de 8-0 en 13 minutos dejó helados a los pucelanos. Kappelin y Aginagalde, que jugó el último cuarto de hora, parecían imposibles de superar. Ni desde los 9 metros, ni desde los 6, ni desde el extremo... ni siquiera desde los 7 metros.

Con el partido finiquitado, Jota González -que no puso en liza a Luisfe- repartió minutos. Uno podía pensarse que la relajación iba a ser la tónica del tramo final, pero ni mucho menos. Aginagalde paraba y paraba, Peciña crecía como goleador -hasta 5-, Molina demostraba su calidad en el lanzamiento... Todo funcionaba. No había despistes, salvo un par de pérdidas de Vigo, quizá algo frío, porque su entrenador ya no lo permite. Exige la máxima concentración. Es el camino para estar arriba, para celebrar otro triunfo más en el Palacio, 33-20, ante el Valladolid.

FICHA TÉCNICA

Naturhouse La Rioja: Kappelin (p), Miguel Sánchez-Migallón (2), Langaro (3), Vigo, Montoro (1), Sanad (2) y Garabaya (2), siete inicial, Molina (3), Ángel Fernández (7), Peciña (5), Rocas (2), Garciandia (1), Cacheda (4), Muñoz (1) y Aginagalde (p).

Recoletas Valladolid: Javi Díaz (p), Turrado, Fernando Hernández (2, 1p), Serdio (4), Pérez (1), Matías y Víctor Rodríguez (4), siete inicial, Dujshebaev (4), Miguel Camino, Diego Camino (1), Serrano, Nico López (1) y Rubén Río (4).

Parciales cada cinco minutos: 2-0, 3-1, 7-4, 9-7, 13-9, 18-11 (descanso), 21-14, 23-16, 26-16, 30-19 y 33-20 (final).

Árbitros: Alberto Ballano Dueñas y Alberto Rodríguez Rodríguez. Excluyeron a los locales Garabaya (min. 3), Ángel Fernández (min. 40) y Peciña (min. 59) y a los visitantes Turrado (min. 9) y Víctor Rodríguez (min. 23).

Incidencias: Alrededor de 1.200 espectadores en el Palacio de los Deportes.