Mariola Urrea Corres, profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de La Rioja, ha obtenido el XI Premio de Investigación Francisco Javier de Landaburu, convocado por el Consejo Vasco del Movimiento Europeo –Eurobasque-, por el trabajo titulado ‘La integración diferenciada como narrativa para afrontar mejor el futuro de la Unión Europea —Los que quieren hacer más, podrán hacer más… sin que otros puedan impedírselo—‘.
El 21 de marzo de 2018 Eurobasque reunió en Bilbao a la ganadora y a los autores de los dos accésits en una Jornada de Estudio en la que pudieron presentar los trabajos de investigación premiados. Las investigaciones han sido reunidas en un libro que publicará la editorial Dykinson y que verá la luz en las próximas semanas bajo el título Nuevas narrativas para Europa: ¿Qué Europa reconstruir tras 60 años de los Tratados de Roma?
El trabajo de la profesora Urrea Corres plantea que la celebración del sexagésimo aniversario de la Unión coincide con un momento especialmente crítico para Europa. Las consecuencias que puede provocar la salida del Reino Unido de la Unión, el auge de los populismos en Europa, la regresión democrática de algunos Estados miembros, los efectos de una prolongada crisis económica, las imperfecciones que todavía arrastra la zona euro para resultar una zona monetaria óptima, la forma de garantizar la seguridad de las personas y sus territorios frente al terrorismo internacional son solo algunos de los problemas a los que Europa debe dar respuesta.
Esta respuesta se tiene que encontrar dentro de las capacidades que le ofrece a la Unión su sistema jurídico, en el marco institucional del que dispone y sin traicionar los fundamentos y valores sobre los que la construcción del proyecto europeo se asienta.
No es menor, tampoco, el desafío que tiene Europa para posicionarse como un actor global relevante en un contexto mundial más inestable y volátil que nunca, con una Rusia agresiva en busca de consolidar su nueva influencia internacional a través de su presencia en zonas estratégicas, así como una amenazante Corea del Norte.
En este contexto, la Comisión Europea abrió una interesante reflexión sobre el futuro de la Unión Europa con el propósito de renovar la confianza de los ciudadanos en el propio proyecto de construcción europea. Bajo el subtítulo Reflexiones y escenarios para la Europa de los 27 en 2025, el documento expuso cinco escenarios posibles hacia los que podría evolucionar la actual Unión Europea.
No todas las opciones que este documento propone están, a juicio de la autora, en disposición de atender con éxito a los propósitos de preservar y aumentar los niveles de integración garantizando, a su vez, el compromiso de los Estados Miembro. El desafío no es sencillo si atendemos al hecho de que los mecanismos existentes actualmente en los Tratados para avanzar —como es el caso del sistema de reforma de los Tratados o, en su caso, los mecanismos de cooperación reforzada—no reúnen los condicionantes adecuados para poder ser aplicados en una Unión Europea compuesta por un número quizás demasiado amplio de Estados con planteamientos no sólo diferentes en el logro de objetivos, sino incluso con planteamientos que cuestionan los propios valores de la Unión.
Tomando en consideración todo lo expuesto, la profesora Urrea plantea que el futuro de la Unión Europea puede estar condicionado por el hecho de encontrar la forma jurídica de garantizar una integración diferenciada de derecho originario que determine la existencia de un grupo de Estados de vanguardia que definan el mayor grado de integración de la Unión Europea. Las palabras del Presidente Macron en el discurso ofrecido en Universidad de La Sorbona, el pasado mes de septiembre, parecen insinuar una propuesta bajo estas mismas lógicas: “En el seno de esta Unión, los que quieran llegar más lejos, más deprisa, deben poder hacerlo sin impedimentos. La cooperación siempre estará abierta a todos, basándose en el único criterio de la ambición compartida, sin formatos predefinidos”.