Poemas, ensayos, crónicas periodísticas, novelas... el mundo rural es una fuente inagotable de inspiración literaria, también de reivindicación. Por ello, el escritor e investigador en el Instituto de Estudios Riojanos Álvaro González se lanza a la aventura de abrir un sello editorial en el que recoger aquellos textos que tengan como protagonistas a nuestros pueblos. Este nuevo proyecto nace con el nombre de La Zamarra, para abrigar estos testimonios, en muchas ocasiones olvidados.
Y es que González, con raíces en la Sierra de Cameros, tiene experiencia en rescatar sobre el papel los testimonios de La Rioja vacía, a través de El Camino del Iregua, El legado de un visionario y La voz de los desterrados (este último a través del sello Los aciertos, de Pepitas de Calabaza). “Siempre he sentido esa vocación por escribir para el mundo rural y trabajar para él y me he dado cuenta que hay muchísima gente que ha escrito sobre el mundo rural: poemas, novelas, relatos... o que ha investigado sobre su cultura, hay un universo muy amplio, pero luego mucha gente no sabe cómo sacarlo adelante, el mundo editorial no deja de ser un mercado, complejo y con muchísima competencia”, reflexiona sobre cómo se fraguó esta idea.
Asimismo, la editorial busca ser un punto generador de encuentros, charlas o paseos entorno a la temática rural, como ya realizó por el pantano de Ortigosa a raíz de su último libro La voz de los desterrados, de la mano de Rioxa Nostra y del Gobierno de La Rioja. “Han sido tres encuentros espectaculares, unas 160 personas pasearon por lo que fue la aldea de Los Molinos, fue muy emocionante, no se había hecho nunca y mucha gente que había estado por allí decía que no se podía imaginar que hubiera pasado esto, el charlar con las familias de los afectados... se crearon unas relaciones muy bonitas. Queremos volver a hacer de cara al buen tiempo cosas en estos pueblos, actos culturales... hay tantas cosas que se pueden hacer y siento que es un buen momento, que la gente lo está demandando”, explica con el propósito de atraer también a los más jóvenes a conocer sus raíces y que, de esta manera “se haga justicia a la memoria rural”.
“Creo que la gente joven también tiene interés por saber de dónde viene porque, al final, ¿quién en Logroño no tiene padres o abuelos que eran de pueblos? ¿quién no está vinculado, aunque sea en los veranos? Creo que somos una comunidad de una esencia muy rural y quien más y quien menos, todos tenemos ese recuerdo de niñez o familiar”, reivindica.
Este nuevo sello editorial estrena logo realizado por el también escritor Enrique Cabezón, ambos miembros de la Asociación Riojana de Escritores (ARE).
La Zamarra no se cierra a un género literario, sino que busca dar cobijo a aquellos textos que tengan como temática los pueblos, tanto riojanos como próximos a la Comunidad. “A partir de allá soñar, que siempre está permitido, pero con los pies en la tierra”. Asimismo pretende guiar a cada autor en el proceso de viabilidad del libro, “dedicarle tiempo”, pone en valor González. “Eso me parece fundamental, porque en la edición lo más dificil muchas veces no está en el editar, como que luego tengan la atención que merecen, tiene que verse, estar, hablarse de ello...”, reivindica. “Tratarlos con el cariño que merecen”.