Cuando a los 18 años te tienes que buscar la vida y un techo donde vivir: el problema de los menores ex tutelados
Considera que ha tenido suerte. Ahora tiene 22 años y por circunstancias familiares, la protagonista de esta historia llegó con 15 años a la Residencia Iregua. “Las primeras dos noches no dormí, pero luego te vas acostumbrando y comienzas a hacer amigos”, cuenta recordando sobre todo a su compañera de habitación. Desde entonces y hasta los 18 años, el hogar de Nekane Martínez han sido los distintos pisos de acogida para menores tutelados del Gobierno de La Rioja. Recursos, básicamente, para los menores de 18 años.
Las primeras dos noches no dormí, pero luego te vas acostumbrando y comienzas a hacer amigos
“Durante los años en los que estuve en la residencia y en los distintos pisos de acogida conseguí terminar la ESO y con buena nota”. A los 18 comenzó un grado medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia y eso le garantizó un plaza en los pisos que Cruz Roja tiene en La Rioja. Pero en este recurso, el tiempo de permanencia también es finito. Aún así, esta joven se siente muy agradecida “por haber podido estar en estos pisos unos siete meses, pandemia incluida”.
El Gobierno de La Rioja dispone de 135 plazas de acogimiento residencial para menores tutelados que se distribuyen en el Centro Infantil ‘La Cometa’ (18 plazas); el Centro de Atención Inmediata (8 plazas); los Pisos Hogar: ‘Los Valles’ (32 plazas), ‘Labradores-Calvo Sotelo’ (23 plaza) y ‘Los Ríos’ (32 plazas) más los centros terapéuticos del resto de España (22).
Cumplir 18 años cuando eres un menor tutelado implica, en la mayoría de los casos, tener que buscarse la vida y un lugar en el que vivir.
Con 19 años comienza la vida adulta
La vida adulta y sus responsabilidades para Nekane Martínez comenzó con apenas 19 años. A esa edad ya había sabía qué es eso de compaginar los estudios con un trabajo. Y también con 19 años conoció a su ángel de la guarda. Y es que un día la protagonista de esta historia acompañó a un amigo a buscar trabajo. “Por aquel entonces yo vivía en casa de una amiga que me acogió para cuidar de su hijo, pero también quería aportar algo económicamente hablando”. Y fue así como llamaron a las puertas de la casa de Juan Moreno, La Frasca, en la calle Somosierra 24 de Logroño.
¿Te comprometes a estar conmigo todo un año trabajando?
Lo que inclinó la balanza hacia el sí fue la sinceridad y predisposición de Martínez. “¿Te comprometes a estar conmigo todo un año trabajando?”, le inquirió Moreno. Una afirmación que marcó el inicio de una relación que, cuatro años después, va más allá de lo laboral. “Le dí ocho vídeos del Educador de Vinos para que fuera aprendiendo nociones sobre vino y hostelería, la idea era que los fuera visionando a lo largo de la semana, pero esa misma tarde volvió para decirme que ya los había visto todos”, cuenta Moreno.
Y lo que comenzó como una relación laboral, poco a poco se fue convirtiendo en un vínculo más especial “una relación muy singular basada en un pacto entre los dos sin necesidad de firmar nada”. Porque Moreno para esta joven de 19 años es mucho más que un jefe. “Somos amigos más que jefe y empleada. Para mí Juan representa estabilidad, tranquilidad, una gran apoyo más allá de lo económico, una persona que siempre ha estado ahí, que me sigue aconsejando y muy implicado en todo lo que le ocurre”. Moreno es consciente y valora “todo lo que se ha esforzado para llegar hasta donde ha llegado porque otras personas optan por otros caminos diferentes y alejados del trabajo, del esfuerzo, de sacar adelante su proyecto, de tener un sitio para vivir y, en definitiva, de ser independiente y autónoma gracias a tu trabajo”.
Una camino durante el que le ha acompañado porque asegura tajante que “no le he regalado nada, he sido duro y recto porque quería que aprendiera bien el oficio”. Y parece que esa misión la ha cumplido porque ahora, detrás de la barra de La Frasca, Martínez suele recibir ofertas laborales que sigue rechazando quizás por lealtad y fidelidad y porque “Juan se ha portado muy bien conmigo”, un portarse en el que incluye respetar sus derechos laborales, algo que en otros trabajos no ha ocurrido.
Este trabajo detrás de la barra de La Frasca le permite continuar con su vida y ser independiente. “Pero debe ser algo temporal”, le aconseja Moreno. Y es que este amigo más que jefe continúa velando por su futuro. “Trabajar aquí debe ser una experiencia, pero ahora es el momento de continuar. Si decide optar por la hostelería debe profesionalizarse y formarse y, si no, formarse en otra cosa”. Y parece que esa es la idea aunque todavía no tiene muy claro hacia dónde dirigir su futuro. “Me gusta el mundo del vino, los animales, todo lo relacionado con la dietética, la nutrición.... estar con la gente, no tengo claro qué quiero hacer. Lo que sí tengo claro es que tendré que seguir trabajando como he hecho toda mi vida” .
Considera que ha tenido suerte porque ha convivido con otros jóvenes que además de todas estas dificultades también se han tenido que enfrentar a un idioma nuevo y unas costumbres distintas, chicas con las que ha convivido en esos pisos y que estaban acostumbradas a que les violaran en sus países de origen. “He tenido suerte, no me ha ido tan mal”, exclama satisfecha mientras monta la terraza de La Frasca un día cualquiera en la calle Somosierra de Logroño esperando a la clientela con su habitual sonrisa.
Una Proposición No de Ley aprobada por unanimidad
La diputada de Izquierda Unida en La Rioja, Henar Moreno, presentó en marzo de 2023 una Proposición No de Ley que fue aprobada por unanimidad en el Parlamento de La Rioja. Argumentaba que para la mayoría de estos menores, “cumplir 18 años marca el inicio de una nueva etapa en al que se ven desprovistos de los apoyos recibidos durante su infancia, lo que les deja de nuevo en una posición de vulnerabilidad y exclusión social. Y es que a partir de esta edad, las diferentes administraciones no están obligadas a continuar con su cuidado. A partir de esta edad, exponía Moreno, ”la falta de recursos, formación y la indefensión de los menores son un verdadero problema para las familias de acogida“, también para los menores que han residido en los pisos tutelados del Ejecutivo regional.
Todas estas circunstancias colocan a estos jóvenes en una clara situación de desigualdad con respecto a los de su misma edad porque la media a la que se emancipa la juventud en nuestro país es a los 29 años, “¿Por qué deben los tutelados hacerlo a los 18? ¿Cómo pagarán una vivienda digna? ¿Podrán continuar sus estudios?. En muchas ocasiones, y en el caso de los menores acogidos en una familia, son las propias familias de acogida las que asumen toda esta responsabilidad, pero ya sin ninguna cobertura o apoyo económico por parte de las administraciones públicas”. apuntaba Moreno.
Con estos argumentos, la Proposición No de Ley de Izquierda Unida incluía, entre otras, medidas la creación de un cupo específico de vivienda social, ayudas para sufragar un alquiler para que estos jóvenes cuando cumplen la mayoría de edad. Y además, desde IU también se propuso “ garantizar unos ingresos suficientes a los jóvenes que han estado en acogimiento así como establecer las medidas necesarias para que el día de cumplen 18 años tengan concedida la Renta de Ciudadanía”.
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