Escobar: “Logroño necesita aparcamiento, a ser posible subterráneo, pero no descartamos alguno en altura”

Rioja2

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Conrado Escobar se siente cómodo en el Ayuntamiento de Logroño pero deja claro en cada conversación que no va a dejar que la adminstración le distraiga nunca de lo realmente importante: la calle. En estas primeras semanas como alcalde ya ha gastado bastante suela y cuenta por decenas las personas con las que ha compartido ya conversaciones y compromisos. Su lugar preferido del ayuntamiento es precisamente un rincón del hall, junto a la ventana, donde un sábado de cada mes recibe a los vecinos y las vecinas de Logroño. “Me gusta sentarme aquí, mirando a la calle”, explica. Es en ese lugar donde ha querido contestar a las preguntas de Rioja2 y también a las que decenas de lectores y lectoras de este medio nos hicieron llegar a través de las redes sociales.

¿Qué se ha encontrado el alcalde en el Ayuntamiento de Logroño?

Me he encontrado un buen ayuntamiento con un magnífico personal, con proyectos, algunos discutibles, pero con la decidida voluntad de aprovechar lo que se haya hecho bien para seguir haciendo cosas. Ese ha sido mi argumento principal.

¿La tarea de ser alcalde es tal como esperaba?

Es mejor de lo que esperaba porque la satisfacción de representar a tu gente es grande. Además ahora estamos todavía en la fase más emocional de ir recibiendo felicitaciones, es muy satisfactorio, en lo personal, en lo humano, en lo emocional pero sobre todo en lo político, tener la certeza de que puedes servir mucho a los vecinos, a tu gente, a la ciudad. No todo se va a poder hacer, no todo es posible en 24 horas pero sí se pueden hacer cosas y desde luego no va a faltar intensidad en el trabajo.

Lo ha demostrado en campaña y también estas primeras semanas como alcalde: su intención clara es la de pisar mucha calle y estar en contacto continuo con la ciudadanía. Y eso conlleva un gran compromiso. ¿No teme decepcionar?

Tiene razón. Ya hemos celebrado el primer 'Sábado del vecino' y fue muy intenso. Acabé la jornada precisamente pensando que no podemos fallar a esa gente. Tenemos que procurar que ninguna de las peticiones se quede sin respuesta, para bien o para mal, y que esa respuesta sea rápida. Evidentemente pido perdón de antemano porque no se va a poder hacer todo, y pido perdón también si alguien se siente ofendido por un gesto o una respuesta porque es verdad que la política local supone un examen permanente y todo el mundo se siente en la libertad de opinar qué le ha hecho el alcalde, qué no le ha hecho, cómo va vestido el alcalde y si le ha saludado bien o le ha saludado mal. Todos tenemos un alma de alcalde dentro igual que cada español tiene un alma de entrenador de fútbol.

Va a haber ahora muchas primeras veces como alcalde, ¿cuál es la que espera con más ilusión?

Una de las cosas que más esperaba era el primer 'Sábado del vecino' y fue muy bonito. Uno se lleva la sensación de que hay gente que te confía lo más íntimo, otros depositan en ti lo más sagrado, la confianza, otros simplemente te dicen 'si te he votado es para que me arregles esto' y te traen un plano. Más allá de cualquier obra o gestión, no defraudar esa confianza es fundamental.

También fue muy satisfactoria la primera Junta de Gobierno con personas que aprecio mucho de esta casa como el Interventor o la Secretaria. O la primera vez que he visitado como alcalde algunas dependencias municipales. Ha habido muchas primeras veces pero en la política local es tal la inmediatez que la primera vez se olvida rápido.

¿Cómo están siendo las relaciones con la oposición en estas primeras semanas?

Buenas. La portavoz o Miguel Sainz tienen una relación cordial con todos, con diferencias pero cordial. En la política local hay un elemento diferenciador que no se da en otras instituciones como la comunidad autónoma y es que la cercanía y el roce inevitablemente hace el cariño. Hay muchas comisiones, contacto en los pasillos, en la cafetería... Precisamente el principal problema que podemos tener en el Ayuntamiento es pensar que lo importante está aquí dentro y lo importante de verdad está en la calle. Ese es el mensaje que trato de recordar cada día al equipo que me acompaña, que no perdamos de vista que toda la maquinaria que hay aquí, todos los expedientes, todo el trabajo, sirven a un fin que es ayudar a la gente de Logroño. No podemos decir qué bien me ha quedado este expediente pero no sé para qué sirve.

En esta legislatura se da además una circunstancia poco habitual y es que el ex alcalde se sigue sentando en el pleno y lidera la oposición. ¿Le ha pedido algún consejo a Pablo Hermoso de Mendoza o se la ha dado él directamente?

Él me ha dado algún consejo pero quedan para consumo interno. Hemos intercambiado conversaciones. Él y yo somos diferentes, cada uno tiene su estilo y mi hoja de ruta es diferente de la suya.

El primer proyecto que se iba a poner en marcha por decisión del gobierno anterior era la remodelación de la calle Sagasta. Ustedes han modificado ese proyecto. ¿Van a hacerlo con el resto?

La primera reunión con vecinos y comerciantes fue con los de Sagasta porque era una operación cuanto menos discutible y esa fue la opinión que nos transmitieron también. A partir de ahí se han ido sucediendo reuniones. Vamos a tener próximamente con Avenida de Portugal, hemos tenido ya con Duquesa de la Victoria, y sobre todas ellas nos vamos a ir pronunciando combinando varios aspectos. Por un lado queremos hacer fundamentalmente lo que nos pide la gente y por otro queremos aprovechar en la medida de lo posible lo que ya estaba hecho, tanto desde el punto de vista financiero, fondos europeos, como desde el punto de vista técnico. Cada caso necesita su proceso y su análisis.

Sagasta ha sido el primer proyecto y la bandera arcoíris la primera polémica. ¿Cree que se actuó con exceso de prudencia y que se podía haber gestionado de otra manera?

Sin duda lo podíamos haber gestionado de otra manera pero al final, lo que yo expuse y mantuve cuando se nos entregó la bandera lo doy por bueno y lo ratifico: Logroño es una ciudad de convivencia, de respeto, tolerante, una ciudad en la que todos tenemos nuestro espacio y es una ciudad que respeta los derechos humanos y por supuesto que rechazo cualquier forma de intolerancia, odio y rechazo. A partir de ahí es verdad que hubo una cuestión puramente jurídica que hizo que gestionáramos esto así.

Hemos querido que nuestra audiencia también participe en esta entrevista y nos han mandado decenas de preguntas. Una inmensa mayoría de ellas giran en torno a un mismo tema: la movilidad. ¿Va a mantener las calles abiertas? ¿Va a quitar los colorines para que se circule bien en coche? ¿Va a arreglar el estropicio de las calles? ¿Piensa dejarnos ahora sin carriles bici? ¿Piensa en una ciudad para las personas o para los coches? ¿Qué pasa con Avenida de Portugal? ¿Qué pasa con San Antón? ¿Cómo piensa acabar con las dobles filas?...

La movilidad es parte de la ciudad pero no es lo único. Una de esas preguntas que plantean es muy sensata. Quieren saber si va a ser ciudad para las personas. Ese es el tema, la ciudad tiene que ser para las personas en su conjunto; no tiene que ser sólo para las bicis, no tiene que ser sólo para los coches... Tiene que ser para las personas y eso responde a una premisa: la convivencia. La verdadera política de movilidad es la que respeta la convivencia en toda su extensión, eso se traduce en la política que facilita todos los medios que sean más universales y esos son todo lo que facilite el tránsito peatonal, el transporte público que en esta pasada legislatura ha perdido fuelle porque no se ha apoyado con intensidad, y antes de quitar aparcamientos, es mejor que haya. El último eje es un concepto de ciudad para todos, que puede ser 'ciudad 30' porque el espacio público no hay que segmentarlo, se puede compartir y un coche puede convivir con una bicicleta, una furgoneta de reparto con una silla de ruedas: convivencia.

Otros lectores preguntan por la sirena del Espolón. ¿De verdad eso era una prioridad? ¿No se da cuenta de que para mucha gente puede ser un calvario? ¿Por qué tanta prisa con la sirena?

No es lo más importante pero sí que es un símbolo y marca uno de nuestros ejes y es que la identidad logroñesa se valore, se potencie y se respete a todos los niveles. La sirene del Espolón no es una cuestión ideológica sino de sensibilidad logroñesa y por eso lo hemos hecho. Pero es que además hay otro componente y es que es un mandato del pleno y a mí me gusta cumplir los mandatos del pleno.

Una lectora se preocupa por la seguridad y pregunta: ¿Va a hacer posible que Logroño vuelva a ser una ciudad segura de la que sentirse orgullosa?

Logroño es una ciudad segura, lo es estadísticamente, pero es verdad que en los últimos veses ha habido episodios que se han agravado y algunos los tenemos desafortunadamente muy en la retina porque han sido especialmente truculentos. Pero en conjunto es una ciudad estadísticamente segura. Si la pregunta es si puede recuperar mayores niveles de seguridad subjetiva y objetiva, la respuesta es sí. Eso pasa por estrechar la colaboración a través de las juntas de coordinación de seguridad y por activar al máximo las posibilidades de nuestra Policía Local y eso nos tiene que llevar a que nuestra policía esté más motivada para trabajar mejor en aquello que previene el delito. Ahí es donde jueva un papel importante la Policía Local, en esa labor de calle, de prevención, en episodios contra la violencia de género que son cada vez más precoces y que pueden ser con una intensidad baja pero que suelen ser la antesala de algo peor; los insultos, las bromas que no ocupan estadísticas pero sí pueden llegar a la Policía Local y se puede trabajar.

Otro vecino pregunta para cuándo aceras en Avenida de Burgos.

Eso es verdad, hay que acelerarlo. El trabajo está en marcha, sobre todo con grandes compañías que están allí instaladas, ya hemos tenido reuniones para acelerar la reubicación en Logroño y que esa zona se pueda ir reurbanizando. A partir de ahí hay otras cuestiones que hay que ir haciendo como la reconversión del suelo industrial. Esas aceras hay que hacerlas sí o sí pero tiene dos partes importantes, una la propia urbanización y otra el proceso de transformación industrial respetando el ritmo de cada empresa porque a mí me gustaría que todas las empresas tengan su espacio en Logroño.

Una vecina considera que la Plaza Rosario Lamela ha quedado muy fea y que se podrían poner aparcamientos en ese espacio.

(Risas) Eso es una cuestión de gusto personal. Pero en todo caso, el tema de estética y aparcamientos sí que va a ser algo recurrente. Tenemos previsto en una labor de cirugía urbana fina, trabajar en todos los espacios públicos en colaboración con el Colegio de Arquitectos para que el espacio público mejore estéticamente sobre todo en zonas que han estado un poco abandonadas y eso muchas veces no es dinero sino gusto. Yo estoy obsesionado con que Logroño tenga más arbolado, más espacio verde, eso es fundamental. Por ejemplo a Vara de Rey hay que ponerle árboles como sea. Y la segunda cuestión, la de los aparcamientos, también es importante. Tenemos que hacer aparcamientos, a ser posible subterráneos, pero no descartemos hacer algún aparcamiento en altura. Es una fórmula más barata y cada vez hay más intervenciones que estéticamente ofrecen una solución razonable.

Buena parte de nuestros lectores y lectoras más jóvenes quieren saber qué va a hacer el Ayuntamiento de Logroño para que la juventud tenga un mejor futuro en la ciudad.

Hay muchas cosas que se deben hacer. Si conseguimos con la Universidad de La Rioja y la UNIR que Logroño sea una ciudad Erasmus (por simplificar, pero eso también incluiría investigadores, etc), si conseguimos entre 350 o 400 alumnos o investigadores que vivan aquí una temporada, eso nos rejuvenece y año tras año va dándole la vuelta a la ciudad y eso nos rejuvenece y nos abre nuevas oportunidades.

Si hay algo que necesita la gente joven es empleo. Para eso necesitamos la colaboración de las empresas, más industria, y para eso tenemos que trabajar codo con codo con las empresas, ofreciendo suelo, ventajas fiscales, simplificación en los trámites adminstrativos... Todo eso tenemos que trabajarlo con la Federación de Empresas, el Club de Marketing o la Cámara de Comercio insistiéndoles en que si les apoyamos así, la contrapartida debe ser que el empleo sea joven.

Otra pata fundamental para la juventud es la vivienda. En este punto tenemos a nuestro favor que el ayuntamiento debe de funcionar con el principal activo que tiene que es el patrimonio municipal. Tenemos parcelas en el Casco Antiguo, en el entorno del ferrocarril y en La Cava; si nosotros planteamos una enajenación o una colaboración público-privada para que en esas parcelas se construyan viviendas de alquiler a un precio de 300 o 400 euros destinada a la gente joven, estaremos ofreciendo un marco mejor a nuestra gente joven.

Y por último, no se debe perder de vista el ocio y la oferta cultural que debe mejorar. Haremos hincapié en la música, desde el Actual a todo lo que sea traer a Logroño más y mejores conciertos musicales, dando salida además a que puedan ocupar las calles escenarios públicos con grupos municipales que ya están funcionando bien. Por ejemplo hemos estado con la Fundación Pioneros que tiene un grupo de chavales muy jóvenes que tocan muy bien pero que nos piden lugares para poder tocar en público. Eso lo podemos hacer.

No digo que todo esto sea sencillo pero sabemos que si trabajamos en esta línea, Logroño será una ciudad mejor para la gente joven y las generaciones futuras.