La larga saga de militares con el apellido Vara de Rey en España se remonta a mediados del siglo XVIII. El capitán de la Guardia de Corps Joaquín Vara de Rey Salgado inauguró el árbol genealógico de una familia dedicada al ejército que tuvo su exponente más destacado en el general ibicenco Joaquín Vara de Rey Rubio, héroe de la guerra de Cuba muerto el 1 de julio de 1898 durante la batalla de El Caney. Un nombre y apellido que llevan un buen número de calles y plazas a lo largo de toda la geografía española como es el caso de Logroño.
En la capital riojana, la avenida de Vara de Rey es el lugar donde vivía la madre del general. Una calle que, en la actualidad, es uno de los ejes principales de la ciudad.
Más de un siglo después, el apellido de esta familia, regresa a las portadas de la prensa ibicenca. Y es que, tal y como cuenta un periódico local, el Ayuntamiento de Evissa ha planteado la posibilidad de cambiar el paseo que lleva su nombre en Vila por el de s´Almera. Los familiares del general ya han salido a defender el apellido de la familia y el nombre del paseo, “no como un asunto personal sino como un reconocimiento a la historia y a nuestros antepasados”.
El coronel recuerda el “orgullo” que sintió el entonces alcalde de la ciudad Josep Verdera al descubrirse que el héroe de la guerra de Cuba había nacido en Ibiza tras encontrar su partida de bautismo en la parroquia de san Pedro, donde fue bautizado el mismo día de su nacimiento. La decisión de ponerle su nombre al actual paseo y de hacerle un monumento, como remarca el coronel, se hizo por decisión de los ciudadanos y con el dinero que reunieron con los donativos realizados. Según señala su tataranieto, la suscripción popular “fue el auténtico referéndum” realizado entre unos ciudadanos que aprobaron la decisión de poner su nombre a la calle y que “eran tan ibicencos como los de ahora”.
Hijo de otro militar con el mismo nombre, el general Joaquín Vara de Rey, nacido en Ibiza en 1841, vivió en diferentes ciudades españolas a lo largo de su carrera militar. De aquí se marchó cuando solo tenía dos años de edad, un argumento que aportan los defensores del cambio de nombre del paseo. Sin embargo, su descendiente cree que esta no es razón para eliminar su apellido. “Es verdad que nunca jugó en las calles de Ibiza y que nunca más volvió pero es innegable que nació y fue bautizado aquí”, señala el coronel.
Carlos Martínez de Vara de Rey reivindica la figura de su tatarabuelo en la biografía que ha escrito sobre él donde describe la “dilatadísima hoja de servicio” del general y narra con todo lujo de detalles la batalla donde perdió su vida. De este episodio, destaca que el general preparó la defensa de El Caney en tan solo diez días aplicando todos los conocimientos adquiridos a lo largo de su carrera.
Durante esta batalla, la estrategia ideada por Vara de Rey consiguió, en un primer momento, sortear la superioridad del batallón americano, compuesto por 6.600 hombres, frente a los apenas 500 españoles que defendían el fuerte de piedra conocido como El Viso en una proporción de doce contra uno. A pesar de las dificultades, el general decidió no situar a ninguno de sus hombres en la fortaleza como suponían los americanos sino en trincheras ocultas alrededor del poblado, por lo que las balas enemigas no causaron en ese momento ninguna muerte.
El tataranieto del general recuerda la manera en que Vara de Rey “arengó a sus tropas hasta el final” y animó a sus soldados a “resistir e incluso dejarse la vida en la trinchera” hasta el último momento. El día de su muerte el general se mantuvo herido varias horas en la trinchera rodeado de más de 400 cadáveres y solo 95 hombres con vida, exhaustos por la batalla y muertos de hambre y de sed.
Joaquín Vara de Rey murió cuando le estaban evacuando en una camilla por los efectos de un cañonazo disparado por los americanos. Su tataranieto explica que, aunque muchos «pueden ver en lo que hizo una locura», lo que le motivó a resistir hasta el final fue «el gran amor que sentía por España».