Con su parche y su corte de torero, Padilla ha llegado hasta el Esplón logroñés entre una gran expectación de los medios de comunicación y del numeroso público asisistente. Le acompañaba el arnedano Diego Urdiales, exultante tras su triunfo en la tarde de ayer en La Ribera. Ambos comparten cartel esta tarde en la quinta de feria. Pero lejos de pasar una mañana tranquila, han preferido compartir su arte con los más pequeños, con todos los niños que han querido participar en esta actividad, 'Jugando al toro'.
El maestro de Jerez destacaba la importancia de acercar “nuestra cultura y la fiesta de los toros a las ciudades, sobre todo a los jóvenes, que son el futuro”. En este sentido, ha señalado que se trata “inculcar los valores y la disciplina del mundo del toro” a través de una clase práctica en la que no han faltado los capotes, las muletas y las banderillas, algunas con un tamaño casi de juguete.
Por su parte, Urdiales se ha mostrado feliz “de compartir este momento en mi tierra con Juan”. Él lo tiene claro. Cuando un niño le dice que quiere ser torero, su respuesta es rotunda: “¡Adelante! Es una profesión maravillosa y somos unos afortunados los que vivimos de esto aunque implica también muchísimo sacrificio”.
No han faltado los voluntarios, de todos los tamaños, para recibir las lecciones de estos dos maestros. Algunos de los niños no han dudado al manifestar su miedo al toro, aunque los de hoy apenas levantaban unos palmos del suelo y se desplazaban con ruedas. También para ellos tenía respuesta el 'Pirata': “aquí podemos tener un buen torero, todos tenemos miedo y todos lloramos”.