La tensión sigue creciendo en Irán. Pese a las trabas que el gobierno iraní de Mahmud Ahmadineyad continúa poniendo a los medios de comunicación, las noticias de nuevas detenciones y protestas no dejan de llegar a Occidente.
La última información recibida ha sido la detención de varios ciudadanos extranjeros durante los enfrentamientos del pasado 27 de diciembre entre opositores y fuerzas de seguridad con motivo de la celebración religiosa de la Ashura.
“Varios extranjeros figuran entre los detenidos el día de la Ashura”, ha declarado el ministro de Inteligencia, Heidar Moslehi, a la televisión estatal, sin precisar la nacionalidad de los arrestados. “Estaban llevando a cabo una guerra psicológica contra el sistema”, prosiguió. Según el ministro iraní, los detenidos “habían entrado en Irán dos días antes de la Ashura”.
Este no es el único reproche que el gobierno de Mahmud Ahmadineyad lanza en contra de fuerzas y movimientos extranjeros. Hace unos días, el presidente iraní denunció que las manifestaciones de la oposición habían sido una “mascarada nauseabunda” apoyada desde el extranjero, mientras que la Guardia Revolucionaria insistía en acusar a los medios de comunicación extranjeros de hacer la “guerra psicológica” para derribar al régimen islámico.
Entretanto, el principal partido reformista, el Frente de Participación Islámica de Irán, defendió que “la única salida” a la crisis es que las autoridades “respeten la ley y pidan perdón a la nación”.
Según la agencia de noticias estatal IRNA, Ahmadineyad afirmó que “la nación iraní ya ha visto muchas mascaradas como ésta”, en referencia a las recientes manifestaciones. El presidente iraní tiene muy claro quien está detrás de estos movimientos que han inestabilizado la política interior iraní, “los sionistas y los americanos han organizado, para la que han comprado una entrada y de la que son los únicos espectadores”.
Por su parte, la Guardia Revolucionaria ha advertido a los medios de comunicación extranjeros
de que sus “intentos de derribar al sistema no van a llegar a ninguna parte”, según un comunicado difundido por la agencia oficial estudiantil de noticias, ISNA.
“Los organizadores de los disturbios van a pagar pronto el precio por su insolencia”
, prosigue el texto. “La oposición, que ha unido sus manos con los medios de comunicación internacionales, cuenta con el apoyo de los enemigos extranjeros”, añade.