La coalición de centro-derecha sueca ha resultado vencedora en las elecciones legislativas celebradas este domingo, aunque no ha logrado la mayoría absoluta. A pesar de que su gestión al frente del gobierno parece haber gustado a los suecos, Frederik Reinfeldt, el Primer Ministro y líder del partido Alianza para Suecia, se ha quedado con el 49% de los votos, a tres escaños de la mayoría absoluta por la entrada en el Riksdagen (Parlamento) del ultraderechista Demócratas de Suecia.
A pesar de ello, esta victoria supone un logro para Reinfeldt, que ha sido el primer líder de la derecha sueca capaz de revalidar su triunfo en los últimos 78 años, de los cuales 65 han estado gobernados por los socialdemócratas. Estos últimos han visto en estas legislativas que su pérdida de popularidad continúa.
Los resultados han otorgado un 49% de los votos al bloque gubernamental (formado por conservadores, liberales, cristianodemócratas y centristas) y un 43% al bloque progresista formado por la coalición Rojo-Verde en la que se encuentran los socialdemócratas, que obtuvieron un 30,8% de los votos, frente al 29,9% del partido de Reinfeldt. Si la coalición gubernamental no ha conseguido esta vez repetir la mayoría absoluta ha sido por la entrada en el Parlamento de Demócratas de Suecia, gracias a que ha superado la barrera del 4% de los votos necesarios para hacerse un hueco en el Riksdagen. En concreto han sido 5,7% de los votos escrutados los que ha conseguido este partido, con los que podrían obtener alrededor de 20 Escaños. A pesar de ello, tanto progresistas como conservadores se niegan a pactar una coalición con ellos.
El resto del reparto de votos se ha producido de la siguiente manera: 7,2% para el partido del Medio Ambiente, 7,1% Partido Liberal, el Partido de Centro obtuvo el 6,6% y el Partido Cristianodemócrata el 5,6%, el mismo porcentaje que el Partido de la Izquierda. Todos ellos registraron una caída desde los últimos comicios, en 2006, salvo el partido del Medio Ambiente, que ganó dos puntos.
El ascenso del Partido Demócrata, que en las elecciones legislativas de 2006 obtuvo un 2,9%, podría explicarse por el rechazo del país a la inmigración, de la que los demócratas suecos han hecho uno de sus principales caballos de batalla. Su aumento en los últimos años ha sido considerable: el 14% de la población sueca ha nacido en el extranjero y otro 6% ha nacido en Suecia, pero de padres extranjeros, según recoge El País.
Además del ascenso del ultraderechista Demócratas de Suecia, las legislativas han estado marcadas por la continua caída de los socialdemócratas, que habían gozado tradicionalmente de un éxito considerable en esta país escandinavo. Aunque como partido han obtenido el resultado más amplio, con más del 30% de los votos, no han logrado formar una coalición lo suficientemente fuerte como para superar a la del actual primer ministro. Además, han obtenido cuatro puntos menos que en 2006, alejando a su líder, Mona Sahlin, de convertirse en la primera mujer en alcanzar el puesto de primer ministro al que aspiraba en estos comicios.
La caída de la socialdemocracia en Suecia podría explicarse por su empeño en continuar redistribuyendo la riqueza para mantener el Estado de bienestar en un país que ha registrado un crecimiento importante de la clase media, que no está dispuesta a mantener a otros sectores de la sociedad. También, como señala El País, porque la dirigente socialdemócrata, Mona Sahlin, de 53 años, carece de carisma y fue elegida en un proceso cerrado sin otras alternativas.
En cambio el primer ministro, Frederik Reinfeldt, ha sido capaz de reducir la presión fiscal de los ciudadanos suecos y manejar la situación de crisis, logrando para el país un crecimiento del 4,5% del PIB para este año.